jueves, 26 de enero de 2012

El Norte nos espera



Como conté, este fin de semana toca viaje a Rovaniemi, a 66 grados y medio de latitud norte. Eso significa que la ciudad está atravesada por el Círculo Polar Ártico. Eso a su vez significa que aquí sí que hay sol de medianoche; y luna de mediodía. Pero no vamos en las fechas adecuadas para ver ninguno de los dos fenómenos. Sin embargo, es muy probable que la señora Aurora Boreal quiera saludarnos.

Para llegar hasta esta ciudad de unos 60.000 habitantes, tomaremos el tren. Y habiendo ya vivido un viaje de locura con las paradas y demás, pues este no iba a ser diferente: Mañana por la tarde, tomaremos un autobús urbano en la parada de Kauppatori a las 15:12 y que nos dejará en la estación de Pääskylahti a las 15:22, seguidamente tomaremos un tren a las 15:36 que nos dejará a las 16:23 en Parikkala, el siguiente paso es un segundo tren que sale a las 16:31 y llega a las 19:32 a Tikkurila, el último tren sale a las 19:48 y llega a las 7:53 del día siguiente a Rovaniemi. Es un viaje bonito... disfrutaremos de un compartimento tipo familiar, en torno a una mesa, y con una ventana para nosotros solos. Al igual que con el anterior viaje hasta Savonlinna, siempre que pueda acceder a internet, prometo actualizar con tanta frecuencia como me sea posible.

El viaje de vuelta será en autocar, tardará unas 12 horas en total; pero no me preguntéis que horas exactamente. Y claro, como el lector puede comprender, una aventura tal precisa de provisiones. Pero como el autor, al fin y al cabo, es un estudiante; sus recursos económicos son limitados. Por eso, voy a los supermercados (Según el día, Tokmanni o CityMarket) buscando no los precios más bajos, sino la mejor relación precio/cantidad. Afortunadamente, en los estantes, las etiquetas también incluyen el precio por kilo. Obviamente, todo apunta a las marcas blancas de la cadena de supermercados. Se llama Euroshopper, y se caracterizan por que todos los envoltorios de todos los productos están escritos en multitud de idiomas (Pero no en español) y siempre de color blanco y rojo. Como ya me advirtió María en su día, tarde o temprano todos los Erasmus adoptan la dieta de la galleta, y creo que ese día ha llegado para mi.

Casi un kilo y medio de galletas llevo para el camino, amén de una bolsa bastante grande de patatas fritas (En España no he visto nunca bolsas tan grandes) y más de medio kilo de gominolas y porquerías varias. Es probable que a mi vuelta, llegue con un par de kilitos de más y mi aspecto empiece a asemejarse al de Bibendum. Además, a todo esto hay que añadir una cosa que Google Translate me quiere hacer creer que es pan integral de centeno (Si de vientre vas sobrado, como José Coronado...) y que he conseguido por la cara esta mañana en el comedor de la MAMK.

La previsión meteorológica mejora ligeramente para Rovaniemi, pero parece que el frío que se va de allí, se viene para Savonlinna. Me resulta extraño ver que va a hacer una temperatura más alta en el norte que en el sur... Pero no cantemos victoria todavía. Recordemos que vine a estas tierras buscando frío. Aunque siempre se hace agradable ver de nuevo a Helios Päivätär, hoy el sol ha reclamado lucir sobre nuestro cielo y nos ha dejado esta estampa:

El sol puede brillar sobre la nieve y el lago helado, así hagan -20ºC. Puede que no vuelva a verlo en unos días, el destino del viaje me alejará un poquito.

(Hago aquí un inciso para decir que he tenido que dejar esto a medio acabar por algo que contaré más adelante)

¿Pero qué hay en Rovaniemi que llama tanto la atención? Aparte de su ubicación geográfica, el ser la residencia oficial de Papa Noel, el lugar de procedencia de Lordi (Que por cierto, tienen un restaurante dedicado a ellos, aunque lo llaman rocktaurante, y pensamos ir), y multitud de establecimientos construidos con hielo, a los que también iremos. Es algo más que obvio que haré tantas fotos como pueda para ponerlas por aquí. También hay alguna sorpresa preparada para quien siga el blog.

Pero yo no conozco Rovaniemi, ni ninguno de los que vamos. Solución: aprovechando que mi teléfono es Nokia y que Nokia es una marca finlandesa, me descargo los mapas de todos el país en el GPS de mi aparato.

Así que ahora hay que preparar la maleta para este fin de semana de excursión. Algo que, ciertamente, me da una pereza increíble, pero hay que hacerlo. Pantalones de nieve, ropa suficiente como para ponerme 5 capas estilo cebolla.



Y ahora la causa de mi pausa.

Hoy, 26 de enero de 2012 a las 19:30 hora local aproximada, mi compañero Zülküf estaba en la cocina, preparando un poco de pollo en el horno. Al acabar, abrió la puerta y salió humo; demasiado humo. Tanto, que el detector de humos se puso a dar la alarma. Durante los primeros segundos, ni nos dimos cuenta. Pero un extraño sonido me hizo girar la cabeza y ver la luz del detector de mi cuarto encendida. ¿Y qué hacemos? Yo probé a desconectar el detector, pero la alarma ya estaba funcionando. Y aquí, cuando salta la alarma, alguien viene de inmediato. O no, porque el chaval que vino tardo su cuarto de hora, que teniendo en cuenta que posiblemente hubiera tenido que llamar a los bomberos, es demasiado. Punto en contra para los finlandeses.

El tío pulsó un botón de la centralita de alarmas del edificio, en cuya pantalla se lee qué detector es el que da la señal de aviso. Después subió a mi habitación a revisar si el detector de humos que desconecté y volví a colocar poco después estaba correctamente montado.

Y le hicimos una pregunta: ¿Esto con qué frecuencia pasa? Una vez a la semana, así que no os preocupéis que esto pasa y es muy normal.

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