viernes, 20 de enero de 2012

Día de colada y despedida



Hoy toca una canción poco o nada relacionada con la historia del día, pero no se me ocurría ninguna y puse una que simplemente me gusta. Aviso que esta entrada será larga.

Bien, hoy 20 de enero, día 11 en Finlandia ha sido mi día de colada. Para ser sincero, la primera colada de mi vida. Y no ha sido ninguna maravilla, como era esperable. En principio, tenía pensado lavar la ropa de cama y mi propia ropa, pero sólo me dio tiempo para lo primero, así que mañana, la lavandería está reservada a la misma hora. Ahora cuento la historia del lavado. Llego a la habitación tercera puerta a la derecha del pasillo de servicios del edificio, la abro con mi extraña llave y entro. Y encuentro esto:


Aunque la manera de la que lo estoy contando hace parecer el lector que es la primera vez que entro, no es así. Ya he venido un par de veces, una a ver el lugar, y otra a reservarlo para hoy. Las tres máquinas que se ven son, respectivamente, una secadora, una lavadora, y una secadora muy grande. Todas son de ámbito industrial, por lo que están alimentadas por corriente trifásica a 380 voltios. Intentaré censurar mi parte más técnica a partir de aquí.

Bueno, meto mis sábanas y demás en la lavadora, pongo el detergente en el cajetín y voy a presionar el botón de encendido, lo cual no supone un problema. Pero en la pantalla aparece un texto en finlandés que, obviamente, no entiendo. En la pared que queda a la izquierda de la foto hay varias hojas que explican el funcionamiento de los aparatos pero, eso sí, en perfectos finlandés y sueco (Segundo idioma oficial del país, aunque apenas hablado por el 0,1% de Savonlinna como lengua materna). Me la juego y apreté el botón del programa 1, y acerté: lavado a 90ºC con centrifugado a 1200rpm (Permitidme un arrebato de frikismo, 125,66rad/s). Mientras esperaba la hora y 19 minutos que decía que tardaría me puse a investigar un poco por el edificio y por los libros de instrucciones. En ese rato, trasteando con unas instrucciones en sueco de la secadora, conseguí cambiar el idioma del menú de las máquina a español. Eso es un WIN. Un segundo, creo que lo he dejado en nuestro idioma, voy a bajar a volver a cambiarlo y sigo después...

(3 minutos más tarde)

Ya he vuelto. Efectivamente seguía en español. Bueno, sigo. La lavadora acaba, meto las cosas en la secadora, la configuro en castellano y la pongo a funcionar. Rato durante el cual salí a hacerle una foto a una cosa muy curiosa que hay en el mismo pasillo:


Tiene toda la pinta de un búnker, ¿verdad? Pues es un búnker. Sí, gente. En Finlandia, la ley obliga a que todos los edificios con más de 600 metros cuadrados de superficie construida tengan un refugio antiaéreo, todos ellos señalizados convenientemente con esa señal de color naranja y azul. Y estas habitaciones las puedes encontrar en cualquier parte, incluso en el supermercado y en la universidad. Se dice que todas estas salas juntas pueden alojar al 80% de la población. Obviamente, tener una habitación de este estilo es una pérdida de espacio enorme, por lo que es legal hacer uso de ella para otros fines. Aquí hay unos armarios trasteros donde dejar sus cosas guardadas. Están libres y para usarlos, simplemente llenas el compartimento que más te guste y lo cierras con un candado. Pero la ley también obliga a que en caso de necesidad, la sala pueda ser desalojada en pocas horas.

También hice otro descubrimiento en el edificio, una planta y media más arriba. ¿Una planta y media? Sí, una sala que encontré en el rellano de la escalera entre la 1ª y 2ª planta, y de la que hablaré mañana. Hoy se queda en suspense. Es por culpa de Cristina, que no quiso venir a verla, y no quiero que se entere de lo que es hasta que lo vea. A veces yo también puedo ser malo.

Volviendo a la lavandería, acabado el proceso de exploración, tomé mi diccionario Finés-Español y me puse tranquilamente a descifrar el jeroglífico del funcionamiento de la secadora grande. Como la imagen vale aproximadamente 1000 palabras, he aquí una foto:


A ver si vosotros sois capaces de averiguar lo que pone ahí... Y por otro lado, otra foto.


Lavadora y secadora dan Asko. Asko es una marca sueca de electrodomésticos que incluso tiene sus propias tiendas en las que aparte de vender estos productos, también tienen muebles.

Ahora, abandonando el tema de la lavandería, me pongo con otros asuntos. Hoy hemos ido Cris y yo a Tokmanni, otra tienda de Savonlinna, una especie de cosa intermedia entre supermercado e hipermercado situada en la segunda planta de una especie de centro comercial cutre en Olavinkatu. Íbamos con la única intención de buscar un cubo con fregona y una almohada porque, por un lado, el suelo de la casa está hecho una pena; y por otro, mi única queja sobre mi Erasmus por el momento es la cama.

Pagué de muy mala gana 13€ por un cubo y una fregona, pero mejor eso que los casi 40€ que cuesta el conjunto en K-Market. Lamentablemente, las típicas almohadas españolas, estrechas y alargadas no son comunes aquí, por lo que me fui con las manos vacías en este aspecto.

El tema de las despedidas es porque, como conté ayer, no volveré con el grupo de enfermería. Espero que las profesoras, Sirpa y Sirkka me pongan pronto un aprobado, después de dos trabajos y exposiciones exitosos. También despedida durante unos días de la sección diplomática portuguesa en Savonlinna, ya que su mentora ha invitado a as meninas a su casa de Kitee a pasar el fin de semana. De todas formas, el próximo es muy probable que lo pasemos en Rovaniemi, ya que el plan sigue adelante.

Y bueno, creo que no se me olvida nada. Hoy he escrito bastante, creo. Si me acuerdo de algo más, volveré.

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