sábado, 7 de enero de 2012

3, 2, 1



Ya ves tú, salgo de casa para no volver en unos meses dentro de 32 horas y sigo igual de tranquilo que si fuera dentro de 32 días. Ya tendré tiempo de ponerme nervioso el domingo cuando me despierte, un rato antes de salir hacia Málaga. Ahora es momento de autoreflexión, de pensar en lo que tengo aquí, en como es mi vida; y de reconocer cuales son las esperanzas a corto plazo. Pero no estoy aquí para aburriros con mis problemas, penas y preocupaciones, aunque tendría cuerda para rato.

Hoy (Bueno, ayer. Ha pasado de medianoche mientras escribía) también ha sido el día de SSMM los Reyes Magos de Oriente, equivalente español de Santa Claus, o Joulupukki según lo conocen los fineses. No he recibido gran cosa, una bufanda que compré yo mismo y pagó mi madre y unas monedas de 2€ de coleccionista de parte de mi hermana. Llevo ya varias semanas recibiendo regalos aplazada y adelantadamente en forma de ropa adaptada al norte. Por cierto, ya hay 22kg de ropa metida en las dos piezas de equipaje que llevaré. Tengo que sumar ahora el peso de ciertos elementos bastante contundentes: El ordenador portátil, el bote de cristal mejorado con un trozo de Mediterráneo, cargadores, la cámara de fotos (La cual, por cierto, me pegó un buen susto esta tarde, que creyendo que se rompió, sólo estaba sin batería) o la multiherramienta. También hay un cargamento de medicinas, algunos libros...

Sólo queda completar la maleta, el resto está preparado. Pasaporte en regla, tarjeta sanitaria europea, billetes impresos y a buen recaudo (Acabo de echarles un ojo, por si acaso), los contratos de estudios, dinero en efectivo, DNI, carné de conducir, tarjeta de crédito, tarjetas varias, hoja de vacunaciones, cables de conexión de miles de cosas (Entre ellos, un cable ethernet, ya que en muchas ocasiones, tener internet no implica que éste sea inalámbrico), bolígrafo, lápiz, CDs limpios, una bandera española, dos memorias USB, y seguro que algo se me olvida.

Hoy me he dado el último gustazo en coche, haciendo una excursión relativamente larga. No ha sido hoy por gusto, sólo quería alguien que me acompañara, y la buena de María José ha accedido hoy. Tenía que volver al pico Colativí antes de irme, era una promesa personal; para quienes no sepan de qué hablo, es el lugar dónde tomé esta foto.

Además, ayer mismo hice mi último examen de alemán. Como ya dijé, la buena de Ana Fe me ha hecho el favor de ponerme el examen antes de irme, evitando tener que hacerlo en septiembre. Danke noch Einmal.

En fin, que me queda una comida más en casa, una ducha, una siesta... y yo tan contento. Todavía no me hago a la idea de que ya casi estoy más cerca de Savonlinna que de Almería. Y como dije al principio, ya me pondré nervioso el domingo al despertarme, y ya me tranquilizaré al facturar la maleta, cuándo sabré que no hay vuelta atrás. Quizás por eso estoy tan tranquilo; a pesar de estar desesperado por irme, todavía está la puerta abierta a un posible arrepentimiento. Pero a mis 22 años sólo me arrepiento de dos cosas en mi vida, ambas muy relacionadas entre sí, espero que la tercera no sea algo relacionado con dejar escapar un avión.

Y es ahora cuando me doy un poquito más de cuenta, ya que ahora soy consciente de que está será la última entrada desde Almería. Ya sabéis, escribiré durante el trayecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Adelante, no tengas miedo en comentar. Deja tu nombre para que sepa quién eres y poder contestarte.