domingo, 1 de abril de 2012

Até já


Ojalá aquí arriba estuviera Original Prankster de The Offspring, por aquello del April's Fools, el equivalente en el resto del Mundo al Día de los Santos Inocentes, celebrado hoy 1 de abril. Por otro lado, no conozco demasiada música portuguesa, y me niego a que sea Ai si eu te pego (A pesar de ser brasileña) la canción que encabeza este capítulo. Que sea una sucesión de corcheas, fusas, blancas, negras y redondas, ejemplarmente dispuestas por el maestro Beethoven, la que transmita mis sentimientos ahora.

Estos últimos días he estado un poco aislado del resto del planeta, Joana y Helena partían esta tarde, y eran sus últimos momentos en Savonlinna. Resulta imposible negarse a hacer lo que ellas quieran. Empezaron los preparativos, limpiaron la casa perfectamente, empezaron a empaquetar la ropa, a querer tener más planes de lo normal, a ir a sitios a los que nunca habíamos ido y demás. Querían más fotos de lo normal, querían tener recuerdos del lugar y de la gente, querían que los demás las recordaran y gastaron más dinero del que acostumbraban.

La verdad es que hace un par de noches ya tuvimos una despedida, pero más light. Suzi y Zac, los americanos, se fueron rumbo a Hungría, a la siguiente etapa de la ronda europea que les concedió la beca que les fue concedida. Pero en realidad ellos dos nunca pasaron de ser unos extraños conocidos.

Las noches de salir se transformaron en noches de cenas: Cristina preparó paella y yo filetes con pasta y salsa de naranja. También fuimos a una fiesta organizada por los mentores y con comida y música finlandesas, a la que no pudieron finalmente asistir, los profesores las llevaron a un restaurante caro y lujoso. Y las noches de salir de verdad, quedándonos hasta el cierre en Happytime.

Y también aparecieron los planes extraños. Vamos al spa de aquí al lado, que sólo son 7€. Magnífica sauna destrozada por un finlandés kamikaze, piscina con un agua algo fría, jacuzzi con agua hirviendo, baño turco deplorable, piscina exterior con agua soportable y agujero en el lago tras la sauna (Y de camino me corté en el pie con el hielo). Y allí que fuimos un montón de gente.

Yo les llevé mi bandera finlandesa, para que me escribieran algo, será mi recuerdo de Erasmus. Además, Joana quería que los demás escribieran en una camiseta y Helena en su bandera portuguesa. Y como extra, ambas nos dieron a Cristina y a mi sendas postales de sus ciudades con su dirección para que les escribamos y con un pequeño mensaje. Obviamente no voy a escribir lo que dicen. Pero tenía que contraatacar, y rápidamente hice un Ctrl-C + Crtl-V con fotografías de Almería que encontré por internet para imprimirlas en papel fotográfico y darles una de lo mismo.

Resulta extraño, cuando salí de España, todo iba sin problemas, volvería en 5 meses, no pasa nada. Pero hoy no he podido evitar dejar caer una lagrimita al despedirme de ellas en la estación de autobuses. Quizás hemos hecho demasiadas cosas juntos en tan poco tiempo.

Hicimos el pacto de que ellas vendrían a Almería este verano, que nosotros iremos a Oporto tan pronto como nos sea posible, y que el verano que viene, nos re-veremos en Savonlinna.


El autobusero se enfadó con nosotros, estábamos haciéndole esperar. Tras un festival de besos, abrazos y lágrimas, subieron en el autobús para no volver a verlas en mucho tiempo :( Me dieron las llaves de su apartamento para devolverlas mañana, día de pago al SAO, les ayudamos con las maletas, no precisamente pocas, y poco más.

El siguiente en partir será Zülküf, el día 6 si no me equivoco. En otra de sus geniales maniobras, anoche decidió salir de botellón y volver trompa, por lo que se despertó a las 13:30 con la resacosis y le pregunté si vendría a despedirse, y con cara de pocos amigos dice: OK. Entra al cuarto de baño, sale y añade: Mejor no, necesito dormir, despídelas de mi parte.


Al irse Helena y Joana se han ido las primeras amigas que tuvimos aquí, se ha ido ese "timbre de alta tecnología" de arrojar una bola de nieve a su ventana, se ha ido el hablar en portuñol, las contínuas caídas al suelo y las tazas de té los días especialmente fríos. Se han ido los primero miembros de mi familia internacional.

Até já, obrigado.

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