miércoles, 25 de abril de 2012

El corazón de la gran ciudad


Las grandes ciudades tienen algo que me gusta mucho. No soy muy de viajar en transporte público, y menos en Almería, pero el metro me llama especialmente la atención.

En el mismo edificio de nuestro hotel hay un pequeño centro comercial y una estación de metro, con unas escaleras mecánicas interminables. Todos sabemos que la cinta pasamanos suele ir más rápido que las escaleras, pero no suele pasar nada. En este caso, las escaleras son tan largas que tuve que subir 4 escalones más para no estirarme cual aquellos chicles Boomer que se anunciaban por la tele.

El metro, en una comparación un tanto filosófica, es el corazón de la ciudad. Cuando la urbe despierta, empieza a funcionar, distribuye la fuerza para trabajar a los puntos críticos, devuelve dichas fuerzas a su sitio cuando cae la noche y vuelve al reposo a la hora de dormir. Creo que no me he explicado demasiado bien, echad un tanto de imaginación.

Lo de caer la noche es un poco figuradamente, pues San Petersburgo tiene un desfase horario bestial con respecto a la hora que le correspondería por ámbito geográfico, algo así como Galicia en España. Esta foto fue tomada a las 22:15 desde la habitación:



Y este metro no va con billete normal como todos los que probé hasta ahora, sino con una monedita que consigues por 25 económicos rublos en una máquina (También me he guardado una), el que no viaja por 0,60€ es porque no quiere. Muchos sabrán que los sistemas de transporte subterráneo en Rusia tienen cierto interés turístico, pues no esta estación, nada de especial; además es cerrada, no ves el tren en ningún momento hasta que estás dentro.

Pero afortunadamente nos acompañaban Natalia, la profesora de Cultura Rusa, Yelena (La cual habla muy bien español) y Svetlana, y les preguntamos que donde están esas estaciones. Nos mandaron a la zona sur de la ciudad, a las primeras estaciones de la línea 1, que fueron las primeras en ser construídas, allá por 1955. Muchos estaban interesados en verlas, sólo David me acompañó. Sacamos nuestra monedita y nos fuimos para allá. Fue sencillo: llegamos a la estación, nos bajamos, la vemos, esperamos al siguiente tren y continuamos. Es una lástima que no permitan tomar fotografías en el metro, porque si no te fusilan allí mismo.

Y nos pasamos por aquellas estaciones: Avtovo, Baltiiskaya, Kirovskiy Zavod... Ciertamente son muy bonitas, con mármol, mucha decoración y demás. Y muchas con hoces y martillos. Y un par de bustos de Lenin. Pero esperaba más, ya que algunas de ellas estaban en remodelación. No lo voy a negar, da yuyu estar esperando en la estación con Lenin mirándote fijamente.

La cosa es que los trenes que circulan por esa línea son los mismos que había al principio de los tiempos, así que son tremendamente ruidosos, mucho texto incomprensible en cirílico, bombillas de las mismas que usaba Edison y asientos desgastados por los culos de millones de Andreis y Yaroslavs.

Pero si observas atentamente el mapa del metro, te darás cuenta que todas las líneas se cruzan con el resto, por lo que en poco tiempo puedes hacer un recorrido por todas. Privilegio que no quisimos rechazar, y ahora podemos decir que hemos montado en todas las líneas del metro de San Petersburgo. Bueno, sólo hay 5.

Aunque no fue el único sistema de transporte público que usé. Si quieres ir a un sitio no muy lejano, mejor el transporte por superficie. Si pensamos en cualquier ciudad de la esfera soviética, nos imaginamos sus calles con tendidos eléctricos para los trolebuses. Por 21 míseros rublos te subes en ellos, también en los autobuses comunes. A diferencia de lo que estoy acostumbrado, no le pides el billete al conductor, que va en una cabina aislado del resto, sino a una pasajera que pasa desapercibida entre la multitud. Se te acerca pausadamente y te pregunta algo en ruso... y como no sabes lo que dice, le das un billete de 50 rublos esperando que te otorgue un ticket y el cambio, solucionando tu problema en pocos segundos y descubriendo de manera efectiva el precio. Pues eso, un papelito arrancado de un rollo y 29 rublos de cambio. Y a diferencia también de lo que conozco, paran en todas las paradas sin pulsar el botoncito, que por cierto, no hay botoncito.

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