jueves, 12 de abril de 2012

Soledad


No había hablado todavía sobre eso, pero el mismo día en que yo partí hacia Miehikkälä, Zülküf volvió a Turquía. Es por eso por lo que ahora estoy solo en casa. Y si a eso le añadimos que mucha gente ha llegado esta misma mañana a Laponia, pues se aumenta un poco la soledad.

Pero empecemos por el principio. Como ya he dicho, el pasado día 5, mientras yo iba rumbo al sur de Finlandia, Turco-man puso su rumbo hacia el oeste de Asia. Así que cuando yo salía de casa con mi maleta de mano, me despedí de él. Tampoco fue muy efusiva la despedida: Encantado de conocerte, cuídate y esas cosas. ¡Ah! Y un ya te buscaré cuando tenga Facebook.

El tema es que cuando volví me encontré una sorpresa. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo 4 bolsas de basura bajo el fregadero, el suelo negro y la cocina completamente desordenada. A cambio, fregó los platos y me encontré media botella de Jack Daniels en el frigo. ¿Y yo qué hago con eso?

Pues anda que tardaron los alemanes en pedírmela. Pero todavía la tengo yo, ya que mucha gente se ha ido a Laponia estos días. Yo ya estuve, y aunque me saldría algo más barato que el viaje que hice yo, no he vuelto, sigue siendo un dineral; al que habría que añadir el precio del alquiler, el del viaje a San Petersburgo y al cambio de euros a rublos. Se han ido casi todos, creo que sólo se han quedado los que no son de Turismo, bueno, y el sector polaco Ada, Aga y Adam (Curiosamente, los tres tienen casi el mismo nombre). Por ello vamos a tener unos días aburriditos.

Ahora toca un flash-back de unos días. Volvemos al último sábado, día de mi retorno. Y aparte del Jack Daniels, en mi frigorífico hay un poco de embutido, 3 salchichas y poco o nada más. Así que me hice pasta para comer al día siguiente, y al posterior también; porque recordemos que aquí la Pascua fue hasta el lunes. Tuve que ir el martes con la bicicleta a comprar un monton de cosas. ¿Y sabéis qué encontré? Aceite de oliva, virgen y extra, y hecho en Escúllar, Granada. Un litro, a la friolera de 4 euros y medio... Y como se rompió el escurridor que usábamos para filtrarlo, busqué uno nuevo, pero no iba a pagarlos casi 5 eurazos que costaba, así que en una idea rápida y brillante que tuve, pensé en los filtros de las cafeteras. Éxito total. ¿Ahorrador o rata?

Y ahora el flash-forward correspondiente hasta el día de hoy, bastante soleado y ventoso, el deshielo se está produciendo bastante rápido. En Finlandia hay un tema un poco tabú, del que todo el mundo se siente algo incómodo al hablar.

Esto es una infracción de derechos de autor total del comic Scandinavia and the World, pero es la mejor manera de explicarlo. La religión es un tema peliagudo para la gente del norte, principalmente porque muchísimos se declaran ateos y las creencias de cada uno, son de cada uno y no hay motivo para compartirlas. La cosa es que, al menos que yo sepa, aquí no hay testigos de Jehová que te llamen a la puerta para intentar hacerte cambiar tus creencias.

Pero sí que hay mormones, que encima te interceptan por la calle y empiezan a hablarte. Volvía yo esta mañana de comer en la universidad, ya que hoy no me tocaban clases, y de camino a casa, conversando con Anni y Ada me topé con dos chavales de traje, que me dicen con una sonrisa de oreja a oreja: Päivä herra! (Es la primera vez que me saludan como señor en Finlandia) Anteeksi! Ahora bien, intentemos pronunciarlo de la misma manera que hicieron ellos: Pääääääääiväääääääääää herraaaa! AAAAAAAnteeeeeeeeeeksiiiiiiiii! Devolví el saludo y en mi casi total ignorancia del idioma pregunté que si hablaban inglés.

Y tanto que lo hablaban, como que son americanos. Empezaron por como me llamaba y esas cosas y me preguntaron sobre mis creencias religiosas. Y me contestaron que ellos son mormones y que si este libro y que si felicidad y que si tal y cual. Total, que empiezan a engatusarme y acabé por darles mi número de teléfono para que me dejaran en paz, y encima no pude darles uno falso porque me dieron un toque en el acto para comprobarlo. ¿Y para qué quieren estos mi teléfono? Para llamarme cuando consigan una copia de su "Otro Testamento" en español. A ver que excusa me invento yo ahora...

6 días para San Petersburgo.

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