viernes, 9 de marzo de 2012

¿Qué es eso?



Si eres paciente, puedes conseguir lo que quieres. ¿Quién recuerda cual era mi mayor objetivo en Finlandia? Las luces del norte, la aurora boreal. Karri, un finlandés que conozco, me pasó esta noticia de Reuters. Le conté mi historia con el tema de la cola del zorro de fuego (Aurora boreal según la mitología sami) y me ha ayudado a localizarla.

De todas formas, no van por ahí los tiros. Esta noche, David, un recién llegado desde la República Checa me pidió dar una vuelta por los alrededores para conocer algunos puntos estratégicos de la urbe y de vuelta fuimos a su casa un rato. Curiosamente, vive justo en la puerta de enfrente de Helena y Joana; por eso, visitilla al canto, y así aprovechaba para que conociera a más gente. Allí también estaba Cristina. Querían salir a pasear al bosque, porque la luna estaba muy llena y brillante. Así que decidimos acompañarlas.

De acuerdo, tomamos rumbo al camino que nos lleva a Sulosaari (Si lo traduces, es algo así como Isla Encantadora) a través de dos largos puentes de madera. Para más detalles, es la isla en la que comprobé que es posible llevar la bicicleta sobre el lago helado. Peligro, féminas con cámara de fotos. Vamos a tomar fotos de la luna. Posiblemente, no saliera ninguna.

Pero bendita pérdida de tiempo. Paseamos un rato bajo la luz de la luna llena por los senderos cubiertos por unos 60 centímetros de nieve que recorren la isla. Fue una visita improvisada, así que no llevaba la ropa más adecuada para el momento, pasé algo más de frío de la cuenta. Nos pusimos a caminar hacia unas casetas de madera que hay, para lo cual caminamos momentáneamente sobre la capa de hielo del Saimaa. Momento en el que Oigo un grito a mis espaldas.

Estas niñas, se habrán asustado por algo... No era exactamente miedo, sino emoción. Los gritos que pegaban no me dejaban entender exactamente lo que pasaba, así que me limité a mirar lo que aquellos dedos señalaban. ¿Qué es ese resplandor en el cielo?

Ese resplandor queridos lectores, para quien todavía no se haya dado cuenta, era la aurora boreal. Unos destellos no muy nítidos ni brillantes, pero perfectamente distinguibles a pesar de su color grisáceo. Al principio no era más que una forma indefinida, pero que se fue convirtiendo poco a poco en una elipse de color verde.

La verdad, no ha sido algo espectacular, sé que pueden ser mucho más potentes. Pero las auroras no avisan y a lo mejor (O a lo peor, según se vea) me estoy perdiendo ahora mismo una aurora de la repanocha.

Así que los presentes acordamos cancelar el plan inicial de pasar la siguiente noche en la bolera, y crear un nuevo plan, más económico y más al aire libre. Nos vamos a ir todos, al estilo boy scout, a unas cabañas de madera que hay en el bosque, encenderemos un fuego en su interior (No creáis que estamos locos, las caseta están preparadas para ello), nos haremos unas salchichas pinchadas en algún palo y cantaremos canciones de acampada (Esto último opcional). Y como extra, esperar pacientemente a que el zorro de fuego quiera pasearse de nuevo sobre el firmamento de Savonlinna.

Ojalá el cosmos quiera complacernos.

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