miércoles, 14 de marzo de 2012

Un chavalote llamado Stanislav



Los Scorpions originalmente eran de Hanóver (Los angloparlantes se parten el culo con el nombre de esta ciudad), en esta canción les acompaña la Filarmónica de Berlín, guiada por un director austriaco, tocan guitarras de Tennessee y demás; pero he elegido esta canción, aparte de porque me gusta, por estar basada en una antigua canción rusa: Leningradskie Vechera, que la propaganda de la época soviética quiso convertir en Подмосковные вечера; algo así como que la canción debería haberse llamado Medianoche en Leningrado y se cambió a Medianoche en Moscú. He sopesado multitud de opciones para esta ocasión, pero creo que está es la mejor; más adelante pondré otras más divertidas relacionadas con lo mismo.


Como bien saben ya algunos, del 18 al 22 de abril hay planeado un viaje a San Petersburgo, Rusia. Eso supone un problema. Rusia no es parte de la UE, ni ellos quieren, ni a nosotros nos interesaría. Por ello, para que pueda cruzar el Telón de Acero por segunda ocasión necesito un pasaporte (Lo tengo desde 2007, sin problema) y un visado.

Aquí el problema se duplica. Para que un tal Stanislav, funcionario del gobierno ruso en el Consulado de la Federación Rusa en Lappenranta, quiera concederme el visado, primero necesito seguro de viaje. No tengo yo de eso para fuera de la Unión Europea, así que Stanislav no dudará un segundo y denegará la petición.

Pregunto a Elina, a la que ando ayudando estos días para encontrar un apartamento a un precio de estudiante en Fuengirola para el verano, misión imposible ∞. Me dice que en un banco de los alrededores me pueden hacer dicho seguro. Sin más dilación, salgo a toda pastilla con la bici de la universidad. Tenía energía, en la presentación de esta mañana, algunos profesores se han estirado y han repartido pullat, unos bollos que están asquerosamente buenos y de los que me comí tres...






Pues eso, que voy lo más rápido posible con la bicicleta hasta llegar al banco, son unos 300 metros. Savonniemenkatu, Kirkkokatu y Olavinkatu (Katu significa calle), y al banco. Después d eunos 10 minutos de cola, de pedirme pasaporte, DNI, dirección, fechas y destino del viaje, etc... me viene la buena señora y me dice: Lo siento, no podemos ofrecer seguros a extranjeros.

Curioso que me haya dicho eso en el último momento cuando ha estado hablándome en inglés, con un pasaporte y DNI extranjeros, sin documentos finlandeses, y demás. Así que me manda a una agencia de viajes a unos 50 metros. Entro y me encuentro la misma historia: No finlandés=No seguro.

Llamada a la familia. Afortunadamente me pueden conseguir uno en España fácilmente. ¿Por qué no me informaron de estas cosas con anterioridad? De todas formas, había planeadas algunas formas más agresivas de conseguir algo que me permitiera cruzar la frontera. Menos mal que no han hecho falta.

A las 2 de la tarde habíamos quedado todos en el comedor de la MAMK para efectuar el papeleo. Teemo, uno de los organizadores, me da un papel para rellenar, en perfecto finlandés. Al final, poco había que escribir: Nombre, apellidos, si has estado ya en Rusia, datos de contacto en Finlandia, y si has tenido otros nombres con anterioridad. Como me equivoqué al rellenar, pedí otro formulario, así que ahora tengo uno en casa a medio rellenar.

Los que ya tenían el seguro, lo han entregado junto a su pasaporte y una foto. Nuestro amigote Stanislav quiere ver tu pasaporte antes de dejarte entrar en su país, así que en unos días mis papeles internacionales los tendrá un ruso. El lunes los llevarán al consulado. Tengo que entregarles el papel del seguro antes de eso, si no, me quedo en tierra.

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