jueves, 23 de febrero de 2012

La Tercera Guerra Mundial



Aunque esté prácticamente aislado de toda clase de noticias del mundo, ya que no tengo acceso a la televisión, soy consciente de que hay ganas de pelea por el planeta, pero no estoy aquí para hablar de eso. Este simulacro de WWIII ha sido entre el Cuarto Reich y la Alianza Lusa.

No es muy normal que estas cosas pasen, pero han pasado. No sé si he contado que Helena y Joana comparten (Desde esta mañana, compartían) apartamento con Christin y Peixia, dos portuguesas y dos alemanas. Tampoco sé si he comentado alguna vez que dicho sector germánico tiene cierta tendencia a la enemistad y al poco compañerismo. Ni intentando hacer gala de todos mis conocimientos de alemán son capaces de dar conversación, hemos salido miles de veces y ellas no han venido en ninguna ocasión, crúzatelas por la calle que difícilmente te mirarán. Pero bueno, que se ve que se han cansado de compartir el apartamento.

Ayer por la mañana fueron a toda prisa a las oficinas de SAO a decir que se querían cambiar de habitación. Supongo que no darían ningún problema cuando esta mañana ya habían completado la mudanza. Decían que sus ex-compañeras hacían mucho ruido (Aquí tengo que darles la razón, no somos conocidos la gente del sur de Europa por ser silenciosos) y que quemaron la encimera de la cocina. Las otras dos dijeron lo contrario. Yo no estaba ahí, y por tanto no sé a quién creer.

Y digo yo si no sería más sencillo abrir un momento esa puerta blindada que tienen para salir y decir... ¿Podéis bajar la voz? No sé, si ves que llevas ya varias ocasiones que no consigues resultados toma decisiones más radicales, pero así no creo que esté bien hecho. También es cierto que quizás les haya entrado un poco de cuernos porque la semana pasada estuvo o namorado de Helena y al día siguiente a una amiga suya, llamada Filipa y que, por lo visto, ya estuvo aquí hace dos años. No sé, a saber que se les pasaría por la cabeza.

Y por lo visto a Joana y Helena les ha venido la alegría de saber que no tienen que juntarse más con ellas. Pero vaya miradas que se echaron mutuamente los dos bandos esta tarde tras el examen de finlandés.

Un segundo, ¿examen de finlandés? Sí, y por cierto con un 5, que equivale a un 10 español. Esta tarde hemos tenido nuestro examen oral de las clases de finlandés que Sari Parkkinen nos ha estado dando. Nada fuera de lo normal, nombre, edad, procedencia, idiomas, familia, ropa, colores, números... Pero bueno, que acabamos y dice la profesora que volvamos todos dentro, que nos va a enseñar fotografías sobre como es la vida por estas tierras: bodas, bautizos, navidades o cumpleaños. Pues eso, que entramos todos a clase y si las miradas mataran...

Y por el resto, pues aquí estoy preparando el viaje a Vilnius a ver la gentuza (Con cariño) almeriense que anda por allí. Espero que mi primer Ryanair no me depare muchas sorpresas. Yo por el momento me despido, que voy a prepararme la mejor cena que tenga en mucho tiempo, un bocata de salchichón.

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