domingo, 5 de febrero de 2012

El lado oscuro de Finlandia



De no ser porque se trata de un tema muy serio, aquí arriba estaría La Marcha Imperial, o Poison de Alice Cooper si lo que acurrió al final de la noche no hubiera ocurrido.

Anoche, a las 10, pusimos rumbo a un karaoke que está un poquito lejos, y que se llama Sylvester. Con el frío que hacía... casi hubiera preferido quedarme en el Happytime. Pero bueno, llegamos y bajamos y nos sentamos en una mesa etre la multitud. Bueno, lo normal. Más tarde descubriría que es un local altamente electrostático, no había manera de tocar nada ni a nadie porque siempre te daba un calambrazo. Moquetas, tapizados de asientos, y la ropa Quechua de polietileno reciclado ayudaban a ello. Me pido una Cocacola y me ponen 0,4 litros de Pepsi de botella de dos litros a 2,60€, así que descubrimos que era un poquito caro. Medio litro de Pepsi de barril en el otro estableimiento son 2,50€. Así que llegamos y pedimos la lista de canciones. Yo escogí Poison, como dije anteriormente; y Joana se decantó por Time After Time de Cyndi Lauper. Y mientras esperamos nuestro turno escuchando música popular finlandesa, algunas canciones pueden ser tremendamente similares a otras españolas de los 70 y 80. También, un grupo de heavys entrados en años (De los que nos acabaríamos haciendo amigos) pusieron algo más de ritmo, entendimiento y modernidad a la noche con Sweet Home Alabama y Highway to Hell (Sí, esto es moderno comparado con el resto).

Las chicas eligieron otra canción mientras sonaba Born to be Wild: New York, New York de un tal Frank Sinatra que al final acabaría cantando yo. Eso cuando ya tenía elegida mi próxima actuación: Wind of Change (Scorpions), aunque nos iríamos antes de que puediera hacerlo. Desarrollaría más la historia del karaoke de no ser por lo que ocurrió más tarde.

Y nos fuimos, a cosa de la 1 de la madrugada, tremendísimamente tarde para estándares fineses, pero la hora a la que se piensa en salir en España. Pusimos de nuevo rumbo a Vuorilinna a pie, y por el camino, cuando apenas quedaban 200 metros para llegar no escontramos algo extraño. Alguien tumbado encima de la nieve, en la acera del puente de Olavinkatu (La calle principal) cerca de Kauppatori. Pasamos a sulado y Joana le pregunta: Are you OK? Do you need help? Y la respuesta del chaval fue: Absolutely.

El chaval venía a ser como yo físicamente, pero rubito, un poco ancho de huesos y finlandés. Por lo visto toma medicación antidepresiva que anoche mezcló con alcohol con resultados que todos nos imaginamos. Le preguntábamos que donde vivía, le llevaríamos a casa y sus respuestas eran: Soy finlandés y vivo en Savonlinna. Así que no podíamos. Poco después, él mismo pidió una ambulancia. Llamamos y dijimos el lugar y lo que pasaba, y la operadora me pidió que se pusiera él mismo, obviamente no entendí una palabra. Mientras esperábamos la ambulancia, nos estuvo diciendo cosas muy tristes, de la calaña de: "No soy suficientemente bueno para este mundo", "no quiero seguir viviendo", "nadie me quiere", y demás lindezas. De haber seguido tirado en la nieve un rato más, probablemente hubiera sufrido tal hipotermia que hubiera conseguido su objetivo. Nos dijo: Sé que sois turistas (¿?), y no os quiero chafar la noche, por favor, continuad y ya espero yo aquí. Pero nos quedamos, ya ves, después de casi media hora, 3 minutos dan igual.

No sabemos nada más del chaval, se lo llevó la ambulancia y ya está. Sería un detalle por nuestra parte saber a dónde fue a parar. Esperemos que el karma nos quiera hacer algún favor después de esto.

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