miércoles, 28 de marzo de 2012

¿A estas horas?


He aquí la canción que me despierta cada mañana, es la que tengo en mi teléfono para que suene cada día. Es una canción ciertamente cañera y ruidosa, además de motivadora; es perfecta, de no ser porque algún día me cansaré de ella. Pero hoy ha habido una excepción.

Anoche hubo fiesta de disfraces en Happytime, con after-party en Polte. Mi disfraz fue el de aficionado al Real Madrid, vamos, que ni disfraz ni leches. El ganador fue Pierre, uno de los alemanes que han llegado recientemente. Tras ello, a cosa de la 1 de la madrugada, la gente puso rumbo al segundo establecimiento, pero yo preferí volver a casa a dormir. Hay una historia paralela a esta, pero creo que Juanjo es el más indicado para hablar de ella.

Mi compañero turco, Zülküf, sí que fue. Y volvió a cosa de las 4 de la madrugada. Sentía que tenía hambre, así que metió una pizza en al horno. No hagáis preguntas, es un tío muy raro. Yo no me enteré de nada, estaba plácidamente dormido. Pero el bueno del chaval también tenía sueño, así que se tumbó en su cama 2 minutos mientras se hacía la pizza. Y esos dos minutos se convirtieron en algunos más. Se ve que puso el horno en modo viaje espacio-temporal, por lo que la pizza subsecuentemente se quemó dentro. ¿Y cual es la consecuencia? Humo.

Exactamente a las 4:20 de la madrugada, salta la alarma de incendios. De haber sido a cualquier otra hora, posiblemente se hubiera quedado en una anécdota, a pesar de haber hecho ya lo mismo pocos días después de estar aquí.

Echad imaginación, aunque sé que si hay por aquí menores de 16 años, la habrán perdido por completo por una adicción a internet, a los teléfonos móviles, a la telebasura y al audiodesecho. Imaginadme a mi, felizmente durmiendo, a las 4:20 de la madrugada, calentito en la cama y demás, y que de repente, empiecen a pitar 120 decibelios en tu habitación. Mi primera reacción fue mirar por la ventana, para ver si había algún fuego, pero no. Me levanto y abro la puerta, pidiendo que no fuera culpa de este apartamento, y me encuentro al bueno de Zülküf delante del horno.

- ¿Qué haces?

- Una pizza.

Portazo a la puerta como pocos otros he pegado y de vuelta a la cama. Paso de problemas, que se las vea él con quien venga ahora. A pesar de que la alarma no se apagó hasta casi las 5, me metí en huevos, intentando ignorarla. A pesar de que al rato, tus oídos se acostumbran y no lo notas tanto, pita fuerte y no hay manera. Así que me permitió pegar la oreja lo que pude a lo que estaba pasando al otro lado de la puerta.

El primero en quejarse fue el perro del que vive en el 601. Poco después, llegaron los alemanes a los que antes hice referencia, que viven justo encima de nosotros. Creo que tardaron 9 minutos, iba mirando la hora cada vez que pasaba algo nuevo, en venir los del servicio, a comprobar lo que pasa. Ni idea lo que hablaron, pero tras comprobar que no había peligro, apagaron la alarma. Ya era hora. No recuerdo si vino la policía, creo que sería algo muy lógico después del follón a esas horas.

Mi compañero empezó a quejarse de que tenían que cambiar el sistema, que es muy sensible. Mientras, quien fuera, le decía que era la segunda vez, que posiblemente podría caerle una multa. Ya veremos que pasa al final.

Así que me volví a dormir, pero obviamente no es lo mismo. Y a pesar de que dormí hasta tarde, hoy mis clases empezaban a las 16:30, no me desperté con mucha energía.

Por la mañana fui a comer a la universidad. Creo que ha sido el día que menos he comido allí, ni la ensalada estaba buena, ni el arroz, ni el pan con mantequilla. Y el agua porque es agua... Me encontre con Iiro, y me dijo de ir a su casa a ver una peli, no había clase hasta las 16:30. Acepté y vimos Star Wreck, una parodia finlandesa de Star Trek hecha por 5 finlandeses sin presupuesto alguno. Muy buena, y eso que estaba en finlandés.

Vuelvo a clase para Russian Cultural Heritage. Fue nuestra segunda clase. La profesora, rusa de nacimiento, nos empezó a poner videos sobre Rusia, Moscú y San Petersburgo. Algunos tremendamente aburridos, creo que podría enseñarle algunos mejores sobre Almería. Y fue en esa clase en la que vi que mis energías eran cercanas a cero. Se proyectaba sobre la pared un video con el himno de la URSS de fondo sobre la historia de Rusia (Curiosamente, sólo el mausoleo de Lenin corresponde a esa época de todo lo que vimos), y empecé a bostezar.

Fue contagioso, todo el mundo empezó a aburrirse y a decaer. La clase estaba programada para 3 horas y media, quizás la más larga que haya tenido nunca, vamos, que saldríamos a las 8 de la tarde. Pero la profesora nos perdonó una hora por el cansancio generalizado.

Volvimos; pero el día no acabó ahí. Portugal quería sauna con todos los Erasmus, ya que sería la última que tendrían aquí, se van el domingo. Fuimos todos en bañador, como mandan las normas de la sauna mixta. Y nosequién tuvo la idea de ir al lago a bañarse. Y a las tantas de la tarde-noche nos fuimos al lago a bañarnos. Aquí al lado hay un spa que tiene su caminito y su caseta hechos junto al lago para estos baños. Nosotros los usamos, en Finlandia hay una cosa que se llama Jokamiehenoikeus, que te otorga el derecho a transitar por todos los terrenos al aire libre, así sean de propiedad privada, siempre sin molestar a los dueños. Tenía su agujero en el hielo, que por cierto ya está quebradizo, y su escalera para entrar.



Otra vez a la sauna del edificio, a la que por cierto hay que dar un paseo de unos 6 minutos para llegar desde el lago, imaginad en medio de la calle nevada, en bañador y con una triste toalla cubriéndote, y nos liamos a arrojar agua como locos. Esta sauna nos es la de mi edificio, esta se encuentra en el ático, y por sus dos ventanas tienes vistas de la ciudad. Además es más pequeñita, por lo que se calienta más rápido. Joana quería sentirse como una auténtica finlandesa, pues toma 5 cazos de agua, creo que se arrepientió.

lunes, 26 de marzo de 2012

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Esta mañana he tenido que presentar junto a Cristina el trabajo que pedí a Tiina que me aplazara, ya que apenas podía hablar. La asignatura se llama Destination Finland, la que me convalidan por Itinerarios Turísticos en Almería. ¿Y de qué va la presentación? Turismo en Finlandia, toma ya. Como ya dije nada más empezar la presentación, siendo españoles, no creo que seamos los más indicados para hablar sobre ese tema, pero llegamos tarde y era de los pocos que quedaban para elegir. Pobre Cristina, ahora es ella la que está tocada.

Así que haciendo un poco de reciclaje de presentaciones anteriores, hice un poco de comparación con España. ¿Sabíais que el 41% de los turistas que vienen a Finlandia, ni siquiera se quedan a dormir? Vienen, ven algo y se van. Y ojo, estamos hablando de 2,5 millones de personas que apenas se gastan 70€ en Finlandia. Creo que podemos darles algunas lecciones.

La presentación, pues nada especial. Un rato en la pantalla, hablando en inglés, ¿alguna pregunta?, no, de vuelta a la silla. Diferencia con respecto a lo que estamos acostumbrados: Son los oyentes de la presentación los que te dicen lo que has hecho bien o mal, te dan un papelito (Anónimamente) cuando acabas con lo que opinan al respecto. La profesora también te da el suyo, amén de tomar sus notas propias. Cuando eres tú el oyente, te piden una de lo mismo.

Y en calidad de oyente, pues vimos otras dos presentaciones, llamándome una la atención. La verdad es que no tenía nada de especial, ni efectos 3D impactantes ni una espectacular música de fondo ni animaciones que ya quisiera Pixar para sus películas ni unos contenidos espectacularmente amplios y detallados, pero hubo una diapositiva que me reveló algo importante.

Uno ya sabía que el finlandés medio se emancipa a los 19-21 años, y la verdad es que está bien. Pero hoy he descubierto que desde el gobierno se promueve. ¿Y eso cómo es? Acude a una oficina del KELA, acrónimo en finlandés de Seguridad Social, di que eres un estudiante finlandés con unos 20 años. Automáticamente entrarán en tu bolsillo unos 500€.

Bueno, no así de sopetón al bolsillo. El gobierno te paga el 80% del alquiler de tu casa, hasta un límite de 200€, además de ingresarte en tu cuenta bancaria otros 300€ para que te los gastes como te dé la gana. Puede que en Finlandia 500€ no sea gran cosa, porque no lo es, pero la ayuda es impresionante; consíguete un curro de fin de semana y tienes la vida temporalmente resuelta. Por no era ya obvio, estos 500€ los consigues mensualmente, pero lo que no sé es cuándo dejas de recibirlos.

Ni 2 minutos tardé al llegar a casa para investigar si yo podía pedirlos. Lo de Finlandia para los finlandeses, la única manera de que se lo concedan a un extranjero es que tu principal intención aquí no sea estudiar, sino que vengas a trabajar o que seas descendiente de antiguos emigrantes. Vamos, que no.

Así yo también me emancipo...

sábado, 24 de marzo de 2012

Mucho nuevo...


Varias cosas que contar, por eso la canción en un poco ambigua con respecto al contenido. Como no hay ninguna que tenga algo que ver con todo, pues una que no tenga que ver con nada. Y encima en español, que hacía miles que no ponía una.

La verdad es que no he escrito mucho últimamente porque tampoco ha acaecido ningún suceso digno de una antención especial, así que hay que esperar a tener un cúmulo de hechos menores y suficientes ideas para conectarlas entre ellas.

Los pasados días 21 y 22 había algo especial en Savonlinna pero tremendamente familiar, un mercadillo. En Almería los veo (Veía) junto a mi casa cada sábado, y en otras partes de la ciudad en otros días de la semana, pero aquí sólo hay tres al año. ¿Y en qué se diferencia un mercadillo español a uno finlandés? Pues poco, porque se venden la misma clase de cosas, tiene más o menos la misma estructura y porque la mayoría de puestos (Y esto es sorprendente) están regentados por, sorpresa, gitanos. Sí gente, en Finlandia también hay gitanos.

La versión finesa de Juan de Dios Cortés Heredia no se pone a berrear, en Finlandia no hacen ruido ni los gitanos; pero no puedo decir si sueltan por la boca cosas tales como: "Venga Marías tres pares 5€". Minä puhun vähän suomea. Lo que sí sé es que, lo de los 5€, seguro que no lo dicen. Hasta los mercadillos son caros aquí. Había jerséis que me gustaron mucho, con pinta de ser bastante calentitos, con dibujos claramente nórdicos, pero igual de Made in China que los que se venden en España. ¿Cuánto? 39€

La mayoría de puestos vendían regaliz, quizás el alimento más típico de Finlandia, pero de esos de colores y de 1 metro de largos. Fui con Cristina, y en el primer puesto que vió dijo: "Uno de cada". 32 regalices diferentes de un metro por el módico precio de 22€, la verdad es que tuvo un arrebato consumista en este mercadillo. Era curioso, pero algunos de dichos regalices estaban en cajas que ponían: Golosinas Vidal, Molina de Segura, Murcia (ESPAÑA). ¿Qué?

Pero había más cosas, varios puestos de makkara, versión finlandesa del perrito caliente y otros de esos que salen por la tele y que te ponen boquerones en un cartucho de papel de estraza. O al menos parecían boquerones y papel de estraza. Y este mercadillo es el primero que veo en el que se venden filtros de aire.

¿Yo? Yo hice gala de todos mis conocimientos de finlandés y me acerqué a un puesto de bollería, preguntando: Sa maksaa? Respondiéndome la señora: Viisi euroa(5€). Así que por un billetajo me llevé unos bollos que estaban muy buenos. Me abstuve de gastar 29,90€/kg en dulce de azúcar (Quiero hacer notar que creo que la traducción de fudge al español es un poco estúpida), por muy buena pinta que tuviera. El mercadillo se vió marcado por algo que vi por primera vez en esta ciudad, lluvia.

¿Qué más? Ayer salimos a tomar algo, pero Happytime cobraba 14€ por entrar. La opción B era ir a Sillansuu, un pub irlandés un poco más lejos, pero estaba lleno. La opción C era ir a Sylvester, el pub-karaoke del que hablé hace un tiempo por un motivo no muy agradable. Allí nos metimos y afortunadamente había espacio para todos en sofás bastante cómodos.

Lo que no fue cómodo fue el encuentro con Jukko-Pekka (O al menos ese dijo que era su nombre). ¿Y quién es Jukko-Pekka? ¡Y yo qué sé! Varón prototípico finlandés de unos 50-55 años. Tened en cuenta que lo de prototípico incluye ebrio. Como ya dije, el finlandés borracho no es agresivo, pero sí molesto. No dudará en sentarse a tu lado si ve 3 centímetros de banco libres, empieza por presentarse, te estrecha la mano y te habla sin venir a cuento.

Ahora hay dos opciones, que preste atención al grupo hablando en inglés y balbucée la lengua shakespeariana o que no se entere y te hablé en finés. ¡Premio! Así que tras presentarme yo también y decirle en ymärrä, Karri y Ville, amigos locales se pusieron a darle conversación. Pero yo pegué la oreja, aprovechando que el tío hablaba despacio. Me enteré de que es profesor (¿?¿?¿?), y poco más, así es este idioma.

Y me fui, porque hoy hemos tenido viajecito a un par de conventos. Valamo y Heinävesi, ortodoxos. Bueno, turismo de iglesias, del aburrido, no hay mucho que contar, una fábrica de velas y mucha nieve. Además, el segundo convento olía a quemado. La verdad es que se le prendió fuego hace unos días por un cortocircuito, y aún huele a tostado. Pero en una de las tiendas de souvenires encontré un sobre de sellos finlandeses, regalo para mi filatélico abuelo. Durante el viaje, pasé por primera vez en mi vida por uno de esos transbordadores-puente: Llegas al lago, no hay puente, sino un barco que te lleva hasta el otro lado.



Aquí la foto que lo demuestra. La cosa es que llegamos, subió el autobús, y el operario que lo controla tenía su descanso para el bocata del desayuno. Estuvimos unos 20 minutos en la plataforma esperando a que se lo terminara; todos abajo y a echar fotitos.

Hablando de bocatas, para el viaje necesitaba comida, así que ayer di el más rápido viaje al súper en bicicleta que recuerdo, para comprar una barra de pan y tomates, almerienses, por cierto. Pues me hice mi comida de hoy, un bocata de paleta y tomate. Qué bueno estaba... Creo que voy a hacerme otro.

martes, 20 de marzo de 2012

Estoy malito... :(



Que esta canción sea el testimonio de mi estado actual. A pesar de tener un dolor de garganta que me ha dejado afónico, el resto de mi ser sigue tan de maravilla, feliz y alegre como siempre.

Desde hace un par de días, vengo sufriendo un picor/dolor de garganta que ha venido en aumento hasta hoy, dejándome apenas un hilo de voz. Además, el primer día también estaba acompañado de un dolor de cabeza difícilmente soportable, pero eso es agua pasada.

Y como ahora ya estoy con el grueso de mis clases, esta mañana me preparo para asistir a las 10 a la primera de ellas. Tuve que acabar pidiendo perdón a la profesora al acabar la clase ya que no pude responder a ninguna de sus preguntas. Y poco más tarde debía haber expuesto un trabajo, pero me acerqué a Tiina, la profesora de esa asignatura y con mi hilo de voz le dije que no podía, era imposible, así que me lo ha perdonado para el jueves o el lunes que viene como máximo.

Pero claro, tenía que buscar la manera de que estubiera recuperado para esas fechas, así que bajé al sótano de la universidad, a la enfermería. Tras un rato esperando, ya que la señora enfermera estaba hablando por teléfono, entro a la consulta y le comento el problema. Tan sólo escuchando el volúmen con el que hablaba ya se hacía una idea. Así que, como cualquier médico del mundo, toma un palo de madera y una de esas linternas con lupa y mango, abro la boca y se sorprende: ¡Está muy rojo!

Eso ya lo sé yo, y no necesito mirar a ninguna parte. Según ella, afortunadamente no hay puntos blancos que pudieran significar problemas graves. Acto seguido me dijo que lo más probable es que fuera un virus, que se pasaría en unos días, pero que de todas formas, me iba a hacer una prueba de estreptococos (Si hay una ciencia de la que no se absolutamente nada y, sinceramente no tengo mucho interés, esa es la medicina). Saca una caja del armario, en la que había 4 botes de colores, pone unas gotas en un recipiente desechable y toma una especie de bastón para los oídos, pero muy largo y me dice: Abre la boca y no te quejes. Vale, lo que quieras.

Y yo pensando que tomaría una muestra de saliva, pero se fue directamente a lo más profundo de mi garganta y restregó el bastoncillo. Es una experiencia muy desagradable, espero no tener que vivirla de nuevo.

Tras un rato de pasar el bastoncillo por el recipiente anterior e introducir un cartón luego, me dice: Cierto, sólo un virus pasajero. ¿Tomas algo? Mi respuesta fue sencilla: Ibuprofeno. Así que me soltó 3 caramelos de esos para el picor de garganta, que uno cada dos horas, que me consiga yo más. Y que siga con el ibuprofeno. Cuidado, porque puede ser infeccioso, y poco más. Kiitos. A ver si dentro de esos días estoy recuperado.

Tendré que ayudar a los medicamentos, me voy a "auto-pasteurizar". Expón ciertas células a temperaturas elevadas y morirán. Industrialmente, se pasteuriza la leche a 72ºC durante unos segundos, yo lo haré a alrededor de 90ºC durante media hora, más o menos. ¿Todavía no sabes cómo? De la manera más finlandesa posible, la sauna.

Pero hay más cosas que contar. Resulta curioso, pero los finlandeses celebran mis dos santos y mi cumpleaños, los tres son días de fiesta de mayor o menor importancia. Juhannus es fiesta nacional, y el día de Santa Lucía y el de Minna Canth son celebraciones menores. Pero el que me interesa hoy es el último descrito, el 19 de marzo, día de Minna Canth.

Y tú te preguntas ahora: ¿Quién es Minna Canth para merecerse un día de celebración? Léete esto y sabrás algo más. Yo me limitaré a decir que fue una activista por los derechos de la mujer en Finlandia.

Total, que el día 19 de marzo fue ayer, y ayer fue el día en el que llevé a los recién llegados Juanjo y Claudia (También de Almería), a ver la universidad y la ciudad. Juanjo se sorprendió de ver tantas banderas finlandesas. Es normal verlas ondeando por aquí, pero a mi me llamó la atención que había más de lo normal. Hazlo en España y eres un facha. Me estuve informando al respecto.

Existe una ley que dice que, en ciertos días señalados de celebración, todos los edificios públicos y todos los privados que dispongan de un mástil, deben mostrar una bandera de Finlandia. Después también se añade el protocolo para tratar una bandera, que si no puede tocar el suelo en ningún momento, que tiene que estar impoluta, que se tiene que doblar exactamente de cierta forma... En mi camino de casa a la universidad, llegué a contar 20 banderas, aunque una de ellas era la savonlinniana y no la finlandesa.

Ayer también llegó un paquete para Cristina, después de cerca de un mes de retraso. ¿Motivo? Lo retuvieron en la aduana finlandesa. Dentro había una torre de CD's que se rompió, y cuya arista cortante rajó una bolsa de lentejas y otra de colacao. Sospecharían al ver el polvo de cacao, pero lo que fuera. Nos pusimos a traducir poco a poco la nota, en finlandés. La bolsa de "semillas" estaba rota. Con eso de "semillas" se demuestra que en estas tierras no conocen las lentejas. Si no trataran las cosas como lo hacen, lo mismo no se hubiera roto nada...

Juanjo y Claudia son dos chavalotes estudiantes de enfermería, que llegaron aquí el domingo anterior después de unos viajes maravillosos, pero no dudaron en restregar que volaron con Lufthansa... Ya tocará hablar sobre ellos más adelante. Por lo pronto, Juanjo ha iniciado su propio blog y además, le he dado la posibilidad de escribir también en este, espero que aproveche la oportunidad.

sábado, 17 de marzo de 2012

Nada nuevo que contar



Así que hablemos de trivialidades y de como sobrevive un finlandés al invierno. Esta mañana, me he levantado a las 8 de la mañana, sin rechistar. ¿Estoy loco? Bueno sí, un poco; pero es que había Fórmula 1, y mañana se repetirá la historia.

Ha sido un poco triste para mi ver a HRT no consiguiendo nada, ojalá hubieran llegado con más tiempo. Pero ha merecido la pena ver a Schumacher arriba y a Alonso llorando un poco.

Así que después de verlo, pensé en escribir esta entrada. ¿Cómo sobrevive el finlandés medio al invierno de los -30ºC? Pues con sisu y con sauna. Y con su coche, las bicicletas son para estudiantes de intercambio y para locos locales; a esta gente también les gusta viajar calentitos. Pero mi coche no valdría para estar aquí, ¿qué tienen estos de especial?

Esto parece un poco propagandístico, ciertamente, pero en absoluto. Aquí, para poder circular con ciertas garantías sobre la nieve y el hiel, necesitas neumáticos como estos. Tienen un dibujo mucho más puntiagudo y montones de pequeños surcos. Además, todos esos puntitos grises que se ven son clavos de acero. Su misión es hincarse en las placas de hielo y agarrarse a algo. Aquí entran en juego multitud de variables físicas y químicas como la fricción, la lubricación y la resistencia a la rodadura.

Estas ruedas son de un material diferente al de nuestros neumáticos, hecho para que funcionen mejor a bajas temperaturas. Su uso es obligatorio dentro de unas fechas determinadas que no recuerdo. En estas tierras, la gente tiene un juego con neumáticos de estos y otro con neumáticos "de verano" (Para países nórdicos, los que utilizamos todos en España durante todo el año). Los hay incluso que tienen otro juego de intermedios entre las dos opciones. En España, no merece la pena tener tantas ruedas.

Las de la foto son de una marca finlandesa. Su nombre te suena: Nokian; hace un tiempo tuvieron algo que ver con la empresa de los teléfonos. El nombre del producto te resultará un tanto complicado: Hakkapeliitta Seitsemän. Fíjate y casi todos llevan estas gomas u otros modelos anteriores, todos Hakkapeliitta, pero con diferente número (Seitsemän significa siete). Este modelo tiene el récord mundial de velocidad sobre hielo, 331,6km/h. ¿Cadenas? No gracias, sólo las verás puestas en maquinaria agrícola.

Pero hay más cosas. Algunos coches, no todos, tienen lo que he querido bautizar como "el anti-alerón". Echad una ojeada:

Bueno, esto es una furgo, pero también lo llevan los coches. Lo he llamado anti-alerón ya que, por sentido común, lo que hace es el efecto contrario: Desviar el aire hacia abajo provocando que, por efecto de la Tercera Ley de Newton, el culo se levante a altas velocidades y perdiendo agarre en consecuencia. Pero dale más vueltas al asunto. En realidad la intención del plastiquito es, efectivamente, desviar aire hacia abajo, pero con la intención de apartar la nieve que se queda pegada y mejorando la visibilidad por el cristal trasero. Bien pensado, la verdad. Además, a los 100km/h a los que se limitan las carreteras en invierno, la aerodinámica influye, pero no es un factor determinante. Eso también nos puede resultar de utilidad en nuestro país, cuando llevamos el cristal trasero con unos 3cm de tierra, funcionaría igual de bien y nos ahorraríamos muchos lavados y, por tanto, agua. Pero una cosa así sería objeto de mofa y/o burla contínua en nuestras latitudes.

¿Parece poco? También hay quienes, buscando que el motor se caliente con un mínimo de rapidez, tapan las rejillas de ventilación. Otra buena idea que además, ayuda a bajar el consumo por mejorar la aerodinámica. Hay muchos coches que tienen estas piezas hechas con plástico o vinilo a medida, pero el chapuzas también existe en versión finlandesa, y hay quien se siente Kristian Pielhoff y se las hace él mismo, con madera en versión estándar y con cartón re-re-re-re-reciclado sujeto con alambre en versión eco.

Los hay más tecnológicos que enchufan el coche a unos postes que hay en algunos aparcamientos, no en todos. La verdad es que me pregunto si su uso es gratuito y quién los los gestiona. Son unas cajitas estilo parquímetro neoyorquino, pero que dentro tienen enchufes; enchufas tu coche a través de un conector que llevan en los paragolpes y tienes electricidad que alimenta una resistencia eléctrica, calentando el motor y (A veces) proveyendo electrones para pequeños calefactores que se dejan en el habitáculo.

¿Eso es todo? Ni mucho menos. Hay otras cosas más sencillas y obvias. Todos tienen cepillos para limpiar al nieve que cubre el vehículo y rasquetas para arrancar el hielo pegado a los cristales. Se pasan ratos muy largos hasta que lo consiguen. También está el listo que vierte una garrafa de agua hirviendo sobre el hielo. Una vez puede no pasar nada, pero abusar de ello puede provocar que el cristal se resquebraje.

En Finlandia, los coches suelen tener un complemento que yo quiero para el mío. Lo he visto muchas veces, quizás en un tercio de todo el parque móvil savonlinniano: Faros de largo alcance. Por ciudad no van encendidos, lógicamente, pero en medio de Laponia con esos faros dándote una potente luz amarilla tiene que ser una gozada conducir. Y para dejar KO al suomi-calorro de turno que venga dándote largas de frente también tienen que ir de maravilla. Pero siguiendo con mi costumbre de utilizar nombres típicos para los personajillos de diferentes países, a ver que me dice a mi Paco el de la ITV cuando vea esos injertos.

Pero el Antti medio también tiene la ayuda del gobierno para sobrevivir. Cuando caminas por la calle, sobre toda la nieve y el hielo, no te resbajas ¿Por qué? Porque la máquina quitanieves, aparte de echar la nieve a un lado (O toda la que puede), deja un rastro de gravilla tras de si, tanto la quitanieves de carretera como la quitanieves micro-machine de acera. Por las calles, verás muchos contenedores grises con un cartelito que dice HIEKKA con letras grandes y verdes. Hiekka significa gravilla, están ahí en caso de emergencia, para que te sirvas tú mismo.

Y por último, o más bien para empezar, cuando se va a comprar un coche, sabe lo que le va a hacer falta. Abundan los coches con tracción total, incluso de esos sin carnet, eso tiene que ser una gran ayuda en estas condiciones. Y también el ESP y el control de tracción y todas las ayudas electrónicas; no estoy aquí para hablar sobre su funcionamiento, lo resumiré en que tu coche no hace nada sin antes tener la aprobación de todo este comité de caballeros electrónicos. Aquí se tienen que volver locos. Pero hace pocos años, nada de eso existía, así que se tuvieron que acostumbrar a conducir con lo que había, manos y pies; Finlandia es conocida por haber parido a muchos de los mejores conductores del mundo: Kimi Räikkönen, Mika Häkkinen, Ari Vatanen, Timo Mäkinen y un largo etc...

miércoles, 14 de marzo de 2012

Un chavalote llamado Stanislav



Los Scorpions originalmente eran de Hanóver (Los angloparlantes se parten el culo con el nombre de esta ciudad), en esta canción les acompaña la Filarmónica de Berlín, guiada por un director austriaco, tocan guitarras de Tennessee y demás; pero he elegido esta canción, aparte de porque me gusta, por estar basada en una antigua canción rusa: Leningradskie Vechera, que la propaganda de la época soviética quiso convertir en Подмосковные вечера; algo así como que la canción debería haberse llamado Medianoche en Leningrado y se cambió a Medianoche en Moscú. He sopesado multitud de opciones para esta ocasión, pero creo que está es la mejor; más adelante pondré otras más divertidas relacionadas con lo mismo.


Como bien saben ya algunos, del 18 al 22 de abril hay planeado un viaje a San Petersburgo, Rusia. Eso supone un problema. Rusia no es parte de la UE, ni ellos quieren, ni a nosotros nos interesaría. Por ello, para que pueda cruzar el Telón de Acero por segunda ocasión necesito un pasaporte (Lo tengo desde 2007, sin problema) y un visado.

Aquí el problema se duplica. Para que un tal Stanislav, funcionario del gobierno ruso en el Consulado de la Federación Rusa en Lappenranta, quiera concederme el visado, primero necesito seguro de viaje. No tengo yo de eso para fuera de la Unión Europea, así que Stanislav no dudará un segundo y denegará la petición.

Pregunto a Elina, a la que ando ayudando estos días para encontrar un apartamento a un precio de estudiante en Fuengirola para el verano, misión imposible ∞. Me dice que en un banco de los alrededores me pueden hacer dicho seguro. Sin más dilación, salgo a toda pastilla con la bici de la universidad. Tenía energía, en la presentación de esta mañana, algunos profesores se han estirado y han repartido pullat, unos bollos que están asquerosamente buenos y de los que me comí tres...






Pues eso, que voy lo más rápido posible con la bicicleta hasta llegar al banco, son unos 300 metros. Savonniemenkatu, Kirkkokatu y Olavinkatu (Katu significa calle), y al banco. Después d eunos 10 minutos de cola, de pedirme pasaporte, DNI, dirección, fechas y destino del viaje, etc... me viene la buena señora y me dice: Lo siento, no podemos ofrecer seguros a extranjeros.

Curioso que me haya dicho eso en el último momento cuando ha estado hablándome en inglés, con un pasaporte y DNI extranjeros, sin documentos finlandeses, y demás. Así que me manda a una agencia de viajes a unos 50 metros. Entro y me encuentro la misma historia: No finlandés=No seguro.

Llamada a la familia. Afortunadamente me pueden conseguir uno en España fácilmente. ¿Por qué no me informaron de estas cosas con anterioridad? De todas formas, había planeadas algunas formas más agresivas de conseguir algo que me permitiera cruzar la frontera. Menos mal que no han hecho falta.

A las 2 de la tarde habíamos quedado todos en el comedor de la MAMK para efectuar el papeleo. Teemo, uno de los organizadores, me da un papel para rellenar, en perfecto finlandés. Al final, poco había que escribir: Nombre, apellidos, si has estado ya en Rusia, datos de contacto en Finlandia, y si has tenido otros nombres con anterioridad. Como me equivoqué al rellenar, pedí otro formulario, así que ahora tengo uno en casa a medio rellenar.

Los que ya tenían el seguro, lo han entregado junto a su pasaporte y una foto. Nuestro amigote Stanislav quiere ver tu pasaporte antes de dejarte entrar en su país, así que en unos días mis papeles internacionales los tendrá un ruso. El lunes los llevarán al consulado. Tengo que entregarles el papel del seguro antes de eso, si no, me quedo en tierra.

domingo, 11 de marzo de 2012

PILK'it


Mientras escribía esta entrada, por un fallo mío borré todo el contenido y no soy capaz de recuperarlo. Perdonad lagunas de contenido, pero después de la pasada de escribir, casi que no hay ganas de repetirlo todo. De todas formas, lo intentaré hacer con la mayor fidelidad posible al original.

Lástima por todos aquellos que no pudieron venir. La MAMK lleva organizando unos años PILK'it, un evento al aire libre para los estudiantes de Savonlinna y Mikkeli. De no ser porque ya la utilicé con anterioridad, aquí arriba estaría I'm Shipping Up To Boston de Dropkick Murphys. En su lugar coloco este superéxito para adolescentes de los '90, ya entederéis el motivo al final de la entrada.

Pero antes de hablar de eso, hay que hacerlo del día anterior. Tras nuestro encuentro sorpresa con las luces del norte, salimos a su búsqueda la siguiente noche, preparamos una barbacoa en una cabaña de madera que hay en el bosque. Llevamos salchichas y demás comída típica de barbacoa, pinchadas en palos tallados con cuchillos, yo llevé un paquete que tenía a punto de caducar, una botella de agua que misteriosamente desapareció (Junto a los 0,40€ que te dan por su reciclaje) y una botella de cristal de cocacola que me bebí tras un rato en el improvisado frigorífico que hicimos en la nieve. No sé si ya he hablado de ella, pero Cecilia vino y trajo un paquete de nubes. Nunca antes las había probado, pero al fuego están muy buenas. Estábamos una veintena de personas, Alemania, Francia, Italia, República Checa, España, Portugal, Finlandia y Turquía tenían representación, cual reunión del Consejo de Europa.

El cielo estaba nublado, por lo que, a pesar de que probablemente la hubiera, no vimos ni aurora boreal ni leches. Y eso que a las 10 de la noche se apagó la iluminación artificial del lugar, pero nos seguimos iluminando con linternas, teléfonos, la misma fogata y ese mortecino resplandor naranja que se refleja en el cielo y que procede de las farolas de la urbe.

A cosa de las 11 de la noche empezamos a apagar el fuego y poco después nos fuimos. Muchos fueron a Polte, dónde instalaron una piscina de bolas. Yo fui inteligente y me quedé en casa, sabía que el día siguiente (Ayer) iba a precisar mucha energía.

Y tanto que fue así. A la 1 de la tarde pusimos todos rumbo a la Savonlinnan Linja - autoasema (Estación de autobuses de Savonlinna en finlandés). Allí nos esperaba un aparato para llevarnos a un camping llamado Huus-Hukkala, perdido en algún lugar por medio de Finlandia, junto a un lago llamado Kolkonjärvi. Nos hicieron pagar 16€, algo que sabíamos, lo que no sabíamos es que daban derecho a poca cosa.

Porque una vez llegados al lugar, habría que pagar para muchas cosas. Como por ejemplo, 2€ más para pescar en el lago helado. Los pagué, pero ni uno más para participar en algo, sólo para comer. Nos metimos todos a caminar sobre el lago y buscar un buen lugar para echar el sedal. El equipo Erasmus llevábamos 2 de esos taladros para el hielo, uno rojo y otro verde. Tras un rato caminando sobre el lago, nos paramos en este lugar (Según mi teléfono móvil). Todos los que íbamos hicimos agujeros, aunque luego no todos se utilizaron para pescar. Yo hice el mío con el taladro verde, que estaba bastante afilado, y tardé unos 2 minutos. Engarcé dos de esos minúsculos y asquerosos gusanos rojos (¿Existen gusanos no-asquerosos?) y tiré el anzuelo por el agujero. Tras unas 3 horas de espera, ni siquiera había desaparecido el cebo. Una pena, había premio para el que consiguiera la pieza más grande. Otros capturaron hasta 8 ejemplares. Puede que fuera un error por nuestra parte. Estábamos todos muy juntos, hablando y andando mucho, y demasiado cerca de la carretera que cruza el lago y por la que pasaban coches, no precisamente despacio. Todas esas vibraciones espantan a los peces.



Cuando nos aburrimos de esperar, media vuelta y a la sauna. Max 8 henkilöä. Y tú que te lo crees. En una sauna para 8 llegué a contar hasta 15 personas. Pero nos lo pasamos bien. Era mixta, pero todos pudorosamente tapados con toallas. Y con dos atractivos con respecto a las de Vuorilinna: Sauna tradicional de leña y fuego, no eléctrica; y con termómetro, para poder cuantificar tu sufrimiento, 94ºC para ser exactos.

Perdón, tres atractivos. Un agujero en el hielo del lago para poder bañarse. Había un reto al que todavía no me había enfrentado: Bañarme en un lago helado tras salir de la sauna. Y además tengo el bonus del paseo de 100 metros en pelotas, descalzo sobre la nieve y el hielo y a -15ºC. Fuimos la locura de 3 veces en nuestro sauna-time de hora y media (Los locales aconsejan un máximo de 2 veces, más pueden ser peligrosas). Digo fuimos porque estaba permanentemente acompañado de David, un checo de Havlíčkův Brod y que, a pesar de ser vegetariano, me cae muy bien. Existen fotos que lo demuestran (El baño helado, no el vegetarianismo), pero yo no llevaba cámara, intentaré conseguirlas.

Cuando nos cansamos, salimos a comer algo, teníamos hambre, y fuimos al restaurante a pedirnos sendas pizzas de champiñones. 9€, para que luego digan por aquí que Capero es la mejor pizzería del mundo, sedentarios savonlinnianos... Un rato de relax tras comer y salimos de nuevo al exterior. Había una segunda opción para los caguetas que no se atrevían a probar aquellas gélidas aguas: una piscina de agua caliente.
¿De verdad habéis venido a Finlandia para meteros en una piscina caliente? Fuimos a hablar con ellos un rato, y después nos unimos a un puñado de personas que cantaban junto a una hoguera. Y oye, se estaba muy bien.

A cosa de las 7, más o menos, entramos al edificio. Tomamos asiento y esperamos un rato. Había un escenario, y sabíamos que alguien tocaría música, todavía desconocidos. Pero por el momento, un pésimo pinchadiscos nos hacía escuchar Aqua, Spice Girls (De ahí la canción inicial) y demás pseudo-música a partir de los '90.

Pero de repente, vemos salir a 6 chavalotes ataviados con sendos kilts. Además, uno de ellos portaba un violín y otro una gaita, la cosa pintaba bien. Y tanto que pintaba bien, esa música celta me encanta, lo malo es que algunas canciones eran en un perfecto finés. Y para el final, I'm Shipping Up To Boston, me encanta.




Y de vuelta el señor DJ con su Lady Gaga, Rihanna y demás subproductos derivados de la audiobasura de la MTV. Y yo que creía que en ese canal solo ponían videoclips.

A las 23 horas nos echaron y volvimos a Savonlinna, llegando casi a media noche. La pulserita azul celeste que nos dieron para PILK'it brindaba la posibilidad de entrar gratuitamente en Tamino. Ya que la tengo, la aprovecharé. Y fui a Tamino. Y me di la vuelta a los 20 minutos. No soporto esos sitios.

Pero repetiría ahora mismo el resto del día, sin dudarlo.

viernes, 9 de marzo de 2012

¿Qué es eso?



Si eres paciente, puedes conseguir lo que quieres. ¿Quién recuerda cual era mi mayor objetivo en Finlandia? Las luces del norte, la aurora boreal. Karri, un finlandés que conozco, me pasó esta noticia de Reuters. Le conté mi historia con el tema de la cola del zorro de fuego (Aurora boreal según la mitología sami) y me ha ayudado a localizarla.

De todas formas, no van por ahí los tiros. Esta noche, David, un recién llegado desde la República Checa me pidió dar una vuelta por los alrededores para conocer algunos puntos estratégicos de la urbe y de vuelta fuimos a su casa un rato. Curiosamente, vive justo en la puerta de enfrente de Helena y Joana; por eso, visitilla al canto, y así aprovechaba para que conociera a más gente. Allí también estaba Cristina. Querían salir a pasear al bosque, porque la luna estaba muy llena y brillante. Así que decidimos acompañarlas.

De acuerdo, tomamos rumbo al camino que nos lleva a Sulosaari (Si lo traduces, es algo así como Isla Encantadora) a través de dos largos puentes de madera. Para más detalles, es la isla en la que comprobé que es posible llevar la bicicleta sobre el lago helado. Peligro, féminas con cámara de fotos. Vamos a tomar fotos de la luna. Posiblemente, no saliera ninguna.

Pero bendita pérdida de tiempo. Paseamos un rato bajo la luz de la luna llena por los senderos cubiertos por unos 60 centímetros de nieve que recorren la isla. Fue una visita improvisada, así que no llevaba la ropa más adecuada para el momento, pasé algo más de frío de la cuenta. Nos pusimos a caminar hacia unas casetas de madera que hay, para lo cual caminamos momentáneamente sobre la capa de hielo del Saimaa. Momento en el que Oigo un grito a mis espaldas.

Estas niñas, se habrán asustado por algo... No era exactamente miedo, sino emoción. Los gritos que pegaban no me dejaban entender exactamente lo que pasaba, así que me limité a mirar lo que aquellos dedos señalaban. ¿Qué es ese resplandor en el cielo?

Ese resplandor queridos lectores, para quien todavía no se haya dado cuenta, era la aurora boreal. Unos destellos no muy nítidos ni brillantes, pero perfectamente distinguibles a pesar de su color grisáceo. Al principio no era más que una forma indefinida, pero que se fue convirtiendo poco a poco en una elipse de color verde.

La verdad, no ha sido algo espectacular, sé que pueden ser mucho más potentes. Pero las auroras no avisan y a lo mejor (O a lo peor, según se vea) me estoy perdiendo ahora mismo una aurora de la repanocha.

Así que los presentes acordamos cancelar el plan inicial de pasar la siguiente noche en la bolera, y crear un nuevo plan, más económico y más al aire libre. Nos vamos a ir todos, al estilo boy scout, a unas cabañas de madera que hay en el bosque, encenderemos un fuego en su interior (No creáis que estamos locos, las caseta están preparadas para ello), nos haremos unas salchichas pinchadas en algún palo y cantaremos canciones de acampada (Esto último opcional). Y como extra, esperar pacientemente a que el zorro de fuego quiera pasearse de nuevo sobre el firmamento de Savonlinna.

Ojalá el cosmos quiera complacernos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Bienvenidos



Ni son hijos del rock and roll ni les saludan los aliados de la noche. Cada uno son hijos de su padre y de su madre y les saludan los estudiantes de intercambios en Savonlinna. Estos días están llegando multitud de nuevos Erasmus a la ciudad.

Todavía no están todos, pero ya llegaran poco a poco. Por ahora sólo sé de: desde Italia, Giulia y Valerio (Siendo un petrolhead, la primera vez que oí el nombre de Giulia pensé en esto); desde la República Checa, David, Magdaléna y Kristýna y desde Alemania, Carmen (Nombre muy teutón, por cierto).

Por lo pronto, esta noche toca quedada general de todos cuantos sabemos que estamos por aquí dentro de un rato en donde siempre, Happytime. Al final nos van a tener que hacer la ficha de clientes preferentes. Ayer era martes, día preferido por los fonlandeses para salir de noche. ¿El motivo? Pido el comodín del público.

Pero a lo que voy. Que cada vez hay más gente, y eso es bueno. Como ya dije, ser Erasmus te convierte en una persona de otra especie. Los locales siempre mantendrán una ligera distancia, y más sabiendo que aquí son finlandeses.

Lo malo, es que hay otros que se dan cuenta que ya les queda poco tiempo. Y no precisamente a mi, que me doy con un canto en los dientes, sino a Helena y Joana, a las que apenas les queda tres semanas por estas gélidas tierras.

O no tan gélidas. Por las mañanas, hacen temperaturas perfectamente soportables de -2 o -4ºC, incluso con dos capas de ropa. Pero por las noches, el número cae hasta los -18ºC sin problemas. ¿Consecuencias? El lago se está descongelando y ya no me fío de caminar por encima. Eso es un atractivo menos para estos recién llegados, que no lo han experimentado. Esperemos que encuentren un lugar apto para hacerlo.

¿Y además, qué forma más finlandesa de conocerse que en una sauna? Pues esta tarde la he compartido con Valerio, milanés de nacimiento y romano de domicilio. Al principio qué maravilla, pero tras unos 15 minutos llegaron dos fineses. Pues los susodichos son unos kamikazes. Al principio nos dijimos... Vamos a intentar aguantar aquí dentro tanto como ellos. ¡FRACASO ABSOLUTO! Cuando Kalevi o como se llamara empezó a tirar agua al horno cual descosido, tardamos 3 minutos en salir. Estos chavalotes están locos.

martes, 6 de marzo de 2012

Sobre Rayaner y TMP



Si alguien se pregunta a qué viene la canción de El Exorcista no es por nada, simplemente es una canción que recuerdo que mi padre acostumbraba a poner en el reproductor de cassettes de aquel Fiat Brava verde que ya pasó a mejor vida, durante los viajes, a veces de noche, cuando yo todavía no levantaba dos palmos del suelo. PD: En ningún momento me daba miedo dicha música, de hecho, me gusta.

(Modo irónico: ON) Ryanair es la mejor compañía de la historia. Sus vuelos son los más baratos, y siempre son puntuales. (Modo irónico: OFF) Ellos mismos se vanaglorian de lo económicos que resultan sus viajes y de que siempre llegan a hora.

Para este viaje, tomé mis dos primeros, y espero que últimos, vuelos de Ryanair. Como estudiante de turismo que soy, sé que internet es una herramienta muy poderosa para los turistas, y que un comentario negativo sobre alguna empresa puede cargarse hasta 20 positivos. Ojalá que el mío destruya 200.

En este momento debo explicar que significan las siglas TMP. Existe una agencia de ámbito internacional que regula la navegación aérea, llamada IATA. Esta agencia coloca a los distintos aeropuertos del mundo un código de tres letras para distinguirlos con facilidad, normalmente relacionado con el nombre de la ciudad o del aeródromo. MAD es el de Madrid, CDG es el de París-Charles de Gaulle, LGW es el de Londres-Gatwick, KUN es el de Kaunas, y a Támpere le ha tocado TMP. Nadie sabe por qué, pero el de Almería es LEI y el de Málaga es AGP. A partir de aquí utilizaré las siglas para abreviar.

Bien, TMP está dividido en dos terminales. La T1 es la cuarta parte de todo LEI, y funciona para los vuelos normales. La T2, a unos 200 metros (Por la calle, no están conectadas) es, digamos, igual que mi casa. La sala de espera estaba equipada con unas 15 sillas y eso es todo. Ni monitores que informan sobre la hora de salida y llegada de los vuelos, ni mostradores de facturación estándar, ni tiendas varias, ¡ni cámaras de seguridad! Pues la T2 de TMP sólo funciona para Ryanair. Tengo fotos para que comprobéis que hablo en serio:

Eso es toda la terminal. La tabla gris de la izquierda son 2 "mostradores de facturación", seguramente conseguidos por poco más de 50€ en IKEA. ¿Y cómo me enteré que tenía que empezar a facturar? Porque además estábamos esperando pasajeros con destinos a KUN y a Frankfurt. Pues con cartelitos colgantes, tecnología punta finlandesa:


Y ojo, que el cartelito no significa que ya puedas pasar, sino que dentro de un rato empezarán. Así que me pongo en cola. Llevaba ya mucho tiempo esperando, así que me apresuré por ser el primero. También sería el primero en embarcar. Ryanair me timó en su página web y, sin querer, contraté el embarque prioritario por 10€ más; pero bueno, ya que lo tenía no lo iba a desaprovechar.

Tras pasar a una sala de espera en la que nos hacinaron a los, aproximadamente, 300 pasajeros de las dos aeronaves Boeing 737-800 en un espacio no mayor a lo que se ve en las fotos, subo a bordo del avión (Lentokone en finlandés, literalmente máquina voladora). Yo, feliz porque tenía el Priority Q y subiría el primero pensé: Me siento en primera fila y así puedo estirar las piernas. Jaja, las cuatro primeras filas reservadas, y un poco más atrás, otras cuatro. ¿Pero esto qué es? Para eso me cobraron 10€. Esta misma historia se puede aplicar al viaje de regreso desde KUN. Lo mejor de todo es que, durante el vuelo, ninguno de esos asientos fue ocupado.

Pero había una diferencia. El modelo de avión era exactamente el mismo, pero este, por fuera, tenía algo extrañamente familiar y que me llamaba la atención. El avión tenía publicidad de la Comunidad Valenciana. Abordo la nave y los cofres para el equipaje de mano estaban cubiertos por publicidad de Guarrafone, en un perfecto español. Además, parte de la tripulación era española. Os contaré una cosa que no todo el mundo sabe.

El negocio de Ryanair no son los vuelos, en absoluto. Es la publicidad, los aviones son sólo el soporte. Empezamos por el principio. Cuando quieres comprar un vuelo de Ryanair, invariablemente ha de ser por internet. Pongamos que volamos a Londres. En cuanto elijamos las fechas, pulsemos continuar y demostremos que no somos una máquina escribiendo el captcha, la siguiente ventana nos pregunta: ¿Quieres alquilar un coche en Londres? Con el logotipo de Hertz. Volvemos a pulsar continuar y nos vuelven a preguntar: ¿Quieres reservar un hotel en Londres? Con el logotipo de alguna cadena hotelera. Y volvemos a pasar de página y se nos vuelve a preguntar: ¿Quieres visitar algún monumento en Londres? Y si a todo esto le dices que no, una vez en el aire te lo recuerdan. Además, puedes comprar revistas del corazón en cualquier idioma. Y como ya he dicho, dentro y fuera del aparato hay más publicidad estática. Para muestra, un botón:


Que esta foto no sirva de publicidad. Después de contar todos los ingresos generados por la publicidad, amén de otros muchos factores un tanto más complicados, la compañía puede ofertar vuelos a un módico coste para cubrir los gastos y generar algunos beneficios.

También llama la atención que en el avión te reciban con música de Vivaldi y Bach (Seguramente habría más, pero solo pude indentificar esos dos), pero a la hora de aterrizar pongan el séptimo de caballería, y unos segundos más tarde te digan por megafonía: "Otro vuelo que llega a su hora. Ryanair, la compañía más barata y puntual de Europa."

A ver, señor Michael O'Leary (Presidente de la empresa), si se programan los vuelos con la hora de llegada, aproximadamente, 60 minutos más tarde de lo necesario, invariablemente casi todos tus vuelos llegarán a tiempo. Y es que mi avión TMP-KUN, con llegada prevista a las 23:05, llegó realmente a las 22:06. ¿Demostración? Por supuesto:


El cómo, cuándo, dónde y por qué de los borrachos en Finlandia



Durante la noche en Támpere decidí que escribiría esta entrada. Aunque todos sabemos que los borrachos por excelencia proceden de la Isla Esmeralda, (Y me hubiera encantado colocar una de sus famosas, y para mi gusto muy buenas, canciones gaiteras) los finlandeses no se quedan atrás.

¿Cómo? La diferencia es que a los típicos pelirrojos cuyo nombre es algo así como Caoimhím FitzPatrick Ó hEachthiarn (Nombre y apellidos reales) les gusta el whisky, y a los típicos rubios cuyo nombre es algo así como Antero Virtanen-Hämäläinen (Nombre y apellidos reales) les gusta el vodka. Por mi experiencia, los finlandeses ebrios no son agresivos, pero sí muy ruidosos y suelen decir muchas tonterías o fingir que hablan por teléfono.

¿Cuándo? La cosa es que el alcohol en Finlandia es bastante caro, y se vende en tiendas especializadas llamadas Alko, en exclusiva. Funcionan algo así como los estancos en España. Por ello, la gente ya suele ir un poco cocida de su casa a las discotecas, sale más barato. Así que en cuanto se toman un par de copas donde sea, pues ya suele ser demasiado, y para evitar problemas, los echan de los sitios. Esto suele pasar más o menos a cosa de la 1:30 de la madrugada. En Finlandia, se sale los martes por la noche, viernes y sábados.

¿Dónde? Pues una vez los echan del garito de turno, nuestro amigo Antero Virtanen-Hämäläinen toma las calles de la urbe siguiendo una trayectoria ligeramente zigzagueante, y si tomamos la variable del invierno, probablemente también vaya resbalándose sobre el hielo de la acera. Pueden aprovechar cualquier cosa para sentarse, desde el típico banco hasta el techo de algún coche. Lo más normal suele ser un montículo de nieve para enfriarse un poco. Pensándolo científicamente, puede ser hasta razonable. Poco después, se levantará y podrá rumbo a cualquier lugar cubierto, así que las gasolineras con cafetería 24h están entre sus favoritos. Al que yo vi, lo echaron después de una media hora berreando en el mismo sitio.

¿Por qué? Ellos sabrán. Una de mis profesoras me contó un día que, érase una vez, en Finlandia existía la ley seca. debido a ello, empezaron a salir los contrabandos, el estraperlo y el vino de garrafa, entre otros. Por aquella época, el poder acceder al alcohol era un símbolo de riqueza; y si además tenías suficiente alcohol como para poder emborracharte, significaba que eras poderoso. Esa cultura ha permanecido hasta nuestros días. Hoy, un finlandés bebe de media 12 litros de alcohol puro por año, casi el doble que en España. Ellos dicen que es porque son cerrados por naturaleza, y así es la única manera que tienen de desinhibirse. Si tú lo dices...


Támpere, te odio



Y odio Támpere porque Támpere no ha querido tratarme demasiado bien. Añadir además que los tampereños no son demasiado amigables. Era consciente de que Finlandia, en lo que se trata a transporte público, puede hacerte sufrir. Y ojo que todavía no voy a hablat sobre su lamentable aeropuerto.

Bien, mi Ryanair llega a la T2 de TMP a las 9 de la noche, y yo pensaba... bueno, paso la noche aquí en el aeropuerto y ya por la mañana iré al centro a coger el autocar. Vale, pero llego a la T1 a acomodarme y descubro que lo cierran tras el último vuelo, así que busco los autobuses urbanos que llevan al centro pensando en pasar la noche en la etación de autobuses. Había cuatro chicas francesas recién llegadas para su Erasmus, que al subir al autobús tuvieron algunos problemas con el conductor. Yo subí antes que ellas, así que saludé y di las gracias al conductor en finés. Al subir ellas y empezar los problemas, el conductor me llamó y me empezó a hablar en finés. Por ahora no lo hablo demasiado, pero pude deducir que las chavalas querían tomar el autobús con sus bonobuses normales, pero el viaje al aeropuerto es algo más caro que el billete normal, así que hay que pagarlo aparte. Total, que tuvieron que apoquinar los 18€ que valían los 4 billetes. Visa al canto.

Bueno, el bus me dejó en Pyynikintori, así que sin pausa pero sin prisa me fui a la estación de autobuses. Por el camino me paré a comer algo. Pero llego a la susodicha estación y sorpresa, cierra a las 11 de la noche. Vale, me saco un tercer as de la manga y pongo rumbo a la estación de trenes. Creía que tendría éxito. Támpere es una ciudad grande y los trenes llegan cada hora, pero el edificio cierra de 1 a 5 de la madrugada. Pero allí me quedé hasta que me echaron. Perkele.

A unos 100 metros al sur de la estación de autobuses, me dijo el securata, hay una gasolinera 24 horas con cafetería y supermercado. Tenía buena pinta, ero ya estaba preparado mentalmente para otro posible fracaso. Por momentos llegué a plantearme una noche en un hotel "baratito". Pero acerté.

Entré a la cafetería con supermercado anexo, pedí un bollo (Por cierto, muy bueno que estaba) y un chocolate calentito. Para que no se sorprendiera, le dije a la camarera que pasaría allí unas horas. Me dijo que sin problema, que ni era el primero, ni sería el último, era bastante agradable, la excepción a la regla (O no era de Támpere). Así que allí pasé 4 horas dándole vueltas al chocolate y al bollo. Y llegadas las 5 de la mañana, de nuevo a la estación de trenes a esperar. Afortunadamente, todos estos sitios están muy cerquita. AfortunadamenteFinlandia es un país seguro y no tuve problemas, excepto los típicos trompas finlandeses. Pasa de ellos y problema resuelto. Hablaré posteriormente sobre ellos. Aquí la foto del lugar:



Y a seguir esperando. De camino a la estación vi que un centro comercial que hay en los alrededores abría a las 7. Perfecto, así no tendría que esperar todo el rato en el mismo sitio. A estas alturas del año, a las 6:30 de la mañana ya había luz solar y salí a la calle para comprobar que era cierto, y no era mi cerebro sufriendo alucinaciones por la falta de sueño.

A cosa de las 7:15 salgo hacia el centro comercial. Creo que fui el primero en entrar. Pero entro dentro y me encuentro el desolador panorama de que todas las tiendas en su interior están cerradas (¿?¿?), un par de ellas de deportes, que abrían a las 10 de la mañana. Quería aprovechar para buscar la camiseta de la selección de fútbol finlandesa que me pidió mi primo Fran desde Bruselas. Pero mi bus salía a las 9:50, no podía ser. Sigo haciendo tiempo como buenamente puedo hasta que tomo el autobús destino a Lahti. La hora de llegada sería las 11 en punto.

Y yo que me lo creía. Una hora tarde que llegamos a nuestro destino. A los que sean aficionados a Futurama, ¿recordáis esta escena?:

- Profesor Farnsworth, esta nave puede viajar casi a la velocidad de la luz, ¿por qué vamos a 50km/h?

- Porque tenemos prisa.

Pues algo parecido nos pasó. En principio, compré el billete de bus pensando que tendría que esperar apenas 15 minutos en Lahti para tomar el pikavuoro (Autobús expreso en finlandés) hasta Savonlinna, pero al llegar el primero tarde, hubo que esperar al siguiente. Tardaría un par de horas. Afortunadamente, los billetes de bus en esta tierra sólo dicen el trayecto que cubren, tú puedes cogerlos cuando te venga en gana, tienes un periodo de un mes para usarlos. Bueno, que salgo a la ciudad a comer algo.

Lahti es una ciudad algo más pequeña que Almería, pero casi todo está concentrado en su avenida principal. Y topo con otro centro comercial. Comida rápida y fácil. Y ciertamente un par de hamburguesas del Mardonal que me comí, unas de edición especial de estilo mexicano y no especialmente caras. Y como en los centros comerciales hay tiendas de deportes, pues busqué una (En total había tres) dispuesto a encontrar la camiseta. ¡Premio! Fue llegar y dar con ella. Al menos algo salía bien.

Y de vuelta a la estación, sólo tendría que esperar 20 minutos para que llegara el aparato que me dejaría en Savonlinna. Menos mal que en este trayecto no hubo problema alguno. Después de toda la aventura llegué sano y salvo a casa. Y muerto de sueño, toda la tarde y la noche y parte de la mañana siguiente estuve apagado o fuera de cobertura.

Atravesar Finlandia y Lituania en bus


Es lo que tiene el turismo de bajo coste, que el transporte es una pena; pero el ahorro es el ahorro. Sale un autobús de Savonlinna las 7 de la mañana en dirección Lahti, separadas 232 kilómetros (Parece el comienzo del ejercicio difícil del examen de mates), autobús que tomo. Me senté expresamente en el primer asiento para ver el camino.

Y nos quejamos de los radares en España, aquí los hay en perfectas rectas, cada 5 o 6 kilometrajos; y aquí encima te echan la foto de cara, y no de culo. Hay muchísimos, supongo que la mayoría serán de pega y los verdaderos los cambian de posición de vez en cuando. También un montón de señales de peligro por cruce de alces, pero no vi ninguno.

Dicen que cuando conduces por Finlandia corres el riesgo de que se te cruce un bicho con cuernos muy grandes, a saber renos y alces. Si inevitablemente los atropellas, mejor el reno, que es más pequeño; pero si eres capaz de esquivarlo, que sea un alce, pues aunque posiblemente este sea más grande que tu coche, un alce siempre camina hacia delante y nunca da la vuelta, pero el reno es impredecible y puede cambiar de idea en mitad de la carretera.

Viaje sin mayores incidentes, por lo que llegué a Lahti en hora, tocaba esperar 40 minutos para el siguiente autocar, destino Támpere. De nuevo, sin mayores contratiempos. Una vez en Támpere, bajé del aparato y me dispuse a caminar hasta Pyynikintori (Tori significa plaza, ni idea del resto). Aunque mi teléfono tiene GPS, fui capaz de llegar por mi cuenta. Pyynikintori se trata de una explanada dónde paran varias líneas de autobuses urbanos. Localicé la parada del que lleva al aeropuerto y esperé a que llegara. Y llega, y pregunto a la conductora:

-Anteeksi, does this bus get to the airport?

-NO, number 61!

(Aclaración, anteeksi significa perdón en finlandés)

Ay que miedito me dio la señora. Total, que tocaba esperar casi una horaza hasta que llegara el 61. Así que me di la vuelta y vi un kebab, y entré y obviamente... pedí un kebab para hacer tiempo. Yo pensaba, bueno, en Támpere hay como medio millón de habitantes, el aeropuerto tiene que ser medianamente grande. Craso error, pero eso es otra historia.




Y una vez en Kaunas, hay que desplazarse hasta Vilna. Después de un fallo a propósito de la peor compañía aérea de la historia, Ryanair, salgo del aeropuerto para buscar el autobús que me llevaría hasta Vilna y del que ya tenía el billete. Y salgo de la terminal y se me acerca un taxista apresurado gritándome:

- Kaunas or Vilnius?

- Vilnius

- Chu jandre litas!

- No thanks, I have already booked the bus.

- Chu jandre litas!

- No thanks.

- Yes, chu jandre litas! 

- Go away!

Así de locos están los taxistas por Lituania. La verdad es que parece que no sólo al sur de Europa le ha tocado la crisis. Pero bueno, el microbús que me llevó hasta Vilna estaba bastante bien, con un conductor joven y bastante agradable que guardó mi equipaje en el maletero, y llegué sin contratiempos.

Ya que fuera igual el de sentido inverso.

El microbús era exactamente el mismo, pero el conductor era otro muy diferente. Tuve que llamarle yo a la ventanilla para que me abriera la puerta, no quiso que mi maleta fuera en el maletero, que la llevara conmigo, y que venga que hay prisa, pero allí estuvo haciéndonos esperar a los pasajeros un buen rato.

O el chavalote iba con un poco de vodka de más o no sabía conducir muy bien. En esa autovía lituana, el microbús daba demasiados bandazos por el viento, daba preferencia a todo el mundo fuera cual fuera su situación y apenas soltaba el acelerador cuando cambiaba de marcha. Bah, él sabrá. Ya no tengo que sufrir más por eso. Pero durante el viaje vi algo un tanto peculiar en la autovía. Señales de las que pude deducir que ponía: Velocidad máxima 100 km/h por haber peatones cruzando la vía. ¿Peatones cruzando la autovía? ¿Reducir sólo a 100 km/h? Pues sí, como el significado de las señales está reglado internacionalmente desde 1968 por la Convención de Viena (Curiosamente, España no la firmó) es fácil reconocer lo que ponen, incluso si el texto no está en tu idioma. La cosa es que las paradas de autobús están en el mismo arcén de la autovía, por lo que los peatones las suelen cruzar.




Para terminar esta segunda parte del viaje a Lituania, el autobús de regreso a Savonlinna desde Támpere. Una larguísima historia que escribiré mas tarde. Espero que mi madre no me mate después de escribirla.

lunes, 5 de marzo de 2012

Vilna


 Ya he vuelto de mi viaje por Lituania en general y Vilnius en particular. Sé que he estado ausente durante mucho tiempo, pero no había acceso a internet, por eso el viaje se merece una megaentrada. La cosa es que el viaje ha tenido varios frentes, por lo que lo dividiré en varias entradas.

Y comienzo hablando sobre el destino principal, Vilnius. En el video se ve al señor alcalde de la ciudad, utilizando un tanque para luchar contra los coches mal aparcados. La verdad es que en Lituania cada uno aparca cómo, cuándo, y dónde le da la gana, incluso peor que en España. Sé que existen pegatinas con un eslógan que dice "No me hagas que coja el tanque", pero no fui capaz de encontrarlas.

Vilnius Vilna, dícese de la ciudad capital de Lituania, situada al sureste del país con una población ligeramente superior al medio millón de habitantes. Tengo el vicio de decir Vilnius, pero su nombre en castellano es Vilna.

¿Y qué puedo decir sobre ella? Es una ciudad muy bonita, con un pero. Un pero muy grande y de unos 80 años de duración. Introdúcete en la Vilna más antigua o en la más moderna y verás una ciudad muy bonita. Atrévete a entrar en los barrios de estilo soviético y pasarás miedo. Parece que va a salir algun miembro del KGB llamado algo así como Mindaugas, Gediminas o Vytautas de cualquier portal, apuntándote con un Makarov de nueve milímetros, y diciéndote que eres un disidente y que te van a mandar a algún GULAG en mitad de Siberia. Y si no me creéis, juzgad por esta foto:


La luz del día y el blanco de la nieve quitan un poco de tensión al asunto, pero imagináos una calle llena de edificios así, a la una y media de la madrugada, que fue mi hora de llegada. Escalofriante.

Y bueno, la residencia dónde me alojé parecía mismamente el sueño de un tal Stalin. Léase una torre de 16 plantas, todas exactamente iguales por dentro y por fuera, con un antiséptico exterior de cemento, cocinas compartidas por aproximadamente 40 camaradas y ascensores de unos 30 años de antigüedad, con sus botones en cirílico y todo:

Afortunadamente, las habitaciones estaban medianamente remodeladas y parecían incluso acogedoras. De hecho, creo que la cama que probé allí era hasta mejor que esta que está apenas a metro y medio de mi posición. Pero bueno, me pongo con lo importante.

Dejando un poco de lado el hecho de que mi guía personal es un tanto impuntual, nos lo pasamos bien. Los primeros días, a causa de las clases matutinas, apenas hicimos nada, leves paseos por la tarde, teterías, souvenires, iglesijas (Iglesija a conciencia, aunque no es la palabra correcta, todo en lituano acaba en -ija), y trolebuses. Nunca había subido en uno de esos hasta hace unos días, por un módico precio de 1,25 litas (0,30€ más o menos), resulta curioso saber que funcionan a sólo 24V.

Souvenires, bueno, quien vaya a Lituania encontrará ámbar, ámbar, ámbar, lino, ámbar, matrioskas, ámbar, madera y ámbar, así que a falta de Swarovski, pues un erizo de ámbar y unos guantes de lana lituana para mi hermana. Todavía no sé que comprar a mi padre, de no ser porque salía por un pico, encontré un sombrero militar con sus condecoraciones... Para mi, bueno, me conformo con tener una moneda de cada y dos billetes diferentes. Mi hermana también me pidió en su día una de esas sudaderas con nombres de universidad; bueno, no las hay de la MAMK en Savonlinna, así que busque las de la Universidad de Vilna. Desafortunadamente para ella, aunque existen, universidad en lituano se dice universitetas, así que se quedó en la tienda la sudadera.

Sinceramente, me quedé con ganas de ver el Museo del Holocausto de la ciudad, pero no hay tiempo para todo. Aunque no tiene nada que ver con el viaje, quisiera plasmar una impresión personal sobre el asunto que discutí con María durante una de las tardes. No sé lo que pasará por estos lugares, pero me parece lamentable que en España la gente se siga asombrando por esto (Bueno, si esto pasa en países que lo han vivido en primera persona, ya es para emigrar directamente) del Holocausto. Es increíble que la gente siga yendo al cine a ver películas de la Segunda Guerra Mundial sin saber las atrocidades que se cometieron en la época, y por tanto, a lo que se arriesgan a ver.

La verdad es que, según me dijeron, los museos de la ciudad no tienen mucho que ver, excepto el que acabo de citar, así que nos limitamos a iglesias y catedrales. Infinitas para una ciudad relativamente pequeña. Pero tiene su explicación: las hay católicas, ortodoxas, luteranas, sinagogas, y de 736 credos diferentes. Las hay pequeñas, grandes, enrevesadas, sencillas, totalmente restauradas, semiderruidas, o estilo Kremlin:

Y lo de semiderruidas, pues os podéis imaginar el motivo. En este lugar la guerra se vivió intensamente, además de sufrir las consecuencias del estado soviético. Muchas de estas iglesias, todavía hoy, están en proceso de restauración. Se nota que están haciendo muchos esfuerzos en dejarlo todo lo mejor posible. Vilna fue hace unos años Capital Mundial de la Cultura, por lo que muchos de los monumentos tienen carteles explicativos en el exterior.

Quizás la iglesia de mayor significado sea una de las más sencillas, pues apenas es un puente sobre una calle. Se accede por unas escaleras y, tras subir unas dos plantas, giras a la derecha y ahí está. Una sala de unos 20 metros cuadrados sobre la calle. Hace un tiempo, un tal Juan Pablo II estuvo aquí mismo rezándole a la Virgen negra de la imagen:

Resulta curioso que en todas las iglesias, las imágenes veneradas están rodeadas de incontables figuritas de plata. Me contaron que la gente que padece problemas de salud, suelen llevar una figura en plata de la parte de su cuerto con problemas, que se clava en la pared junto a la imagen. Verás montones de corazones, piernas, brazos, manos...

Pero lo que más me llamó la atención fue el barrio bohemio de Užupis, autoproclamado como república independiente, aunque el resto del mundo lo tomó como al pito del sereno. En su propia Carta Magna, alguno de los artículos más curiosos son: Todo el mundo tiene derecho a tener perro o gato. Todo perro está obligado a querer a sus amos. Todo gato tiene derecho a NO querer a sus amos.

Aquí MJ feliz porque encontró un cartel que decía: "No hay rutina". Al igual que el resto de la ciudad, el barrio-ciudad-república independiente se encuentra en plena remodelación.

Dentro de unos años, cuándo hayan acabado la reconstrucción, creo que va a ser un destino turístico muy interesante. También lamento no haber visitado zonas más modernas, pues hay varios rascacielos de reciente construcción.