domingo, 8 de enero de 2012

Camino al Norte



Siento no haber empezado a escribir antes. Estoy sentado junto a Cristina en la pueta de embarque número 40 del aeropuerto de Oslo - Gardemoen. Me ha costado mucho trabajo conseguir establecer la conexión a internet. Esta mañana, sin prisas hemos llegado al aeropuerto de Málaga, dónde tomamos una fotografía:

Es la aeronave que nos trajo hasta Oslo. El vuelo se me ha hecho tremendamente largo, en mi vida había volado tanto tiempo seguido.

Comentarios de Cris:
Se ha hecho largo para ser solo 4 horas pero todo por diferentes razones:
Primeramente yo (que suelo ser previsora pero en este viaje me he relajado bastante) no llevaba cascos y JJ los llevaba en la maleta (situada sobre nuestras cabezas, pero que para llegar a ella habia que levantar a varias personas) así que descartamos la música. [Comentario de JJ sobre comentario de Cris: Un azafato noruego del avión, llamado algo así como Björn, Sven, Olaf o Håkon, nos quería vender unos por 40 kroner, el equivalente a unos 4€, pero dijo que nos cobraría con billetes de euro y nos daría el cambio de dinero nórdico.]
Luego tendríamos las pelis, que veríamos aun sin cascos pero habia dos razones importantes por las que resultaba pesado, primero la peli era en noruego y, aunque subtitulada en inglés, al final entre las turbulencias y la rapidez de las frases mareaba, segundo era bastante mala. Luego han puesto otra pero la han parado casi al empezar por las turbulencias (creo yo) así que también descartamos las pelis.

El ordenador y el maravilloso wifi del avión... pues tampoco porque JJ lo tenía en la maleta y yo tambíen... Descartado.

Ultima posibilidad, periódicos, algo bastante socorrido en un vuelo largo si sabes leer en noruego...

Pero hay cosas positivas, no os penséis que todo es malo, está la escarcha que se forma dentro del avión que junto al aburrimiento se convierte en un entretenimiento bastante divertido, y por supuesto las revistas e instrucciones del avión colocado en cada asiento con todo el cariño del mundo para piltrafas como nosotros y en los que puedes encontrar viñetas de chistes y el recorrido aproximado del avión y por supuesto las instrucciones de vuelo de las cuales puedo decir que soy casi una experta, ya que 4 horas dan para mucho...jejejeje.



La verdad que si te lo montas bien entre cabezadita y siestecita te ríes bastante y si te toca un vecino de asiento con todo tipo de tecnologías encima que te va informando (en noruego) de lo que va pasando en el mundo pues lo tienes todo.

Un saludo a todos los que leeis el blog.
Cris

Y ahora el que sigue es JJ. Esta vez desde la conexión gratuita del aeropuerto de Helsinki. Quisiera añadir a todo lo que ha dicho mi compañera, que Noruega es un país carísimo, y en su aeropuerto no puedes pagar con euros; vale que tengan sus coronas, pero ayudad un poquito... El resultado es que ahora tengo 88,5 NOK en el bolsillo que no necesito, pero bueno, más piezas para el álbum de monedas del que he hablado alguna vez.

El avión se retrasó antes del llegar a Oslo, por lo que salimos un cuarto de hora más tarde de lo previsto. Norwegian me informó de tal hecho mediante un SMS, punto a su favor. Así que salimos y nos dirigimos en dirección este, Helsinki. El cielo estaba relativamente despejado hasta Suecia, pero al atravesar el Báltico se volvió nublado y oscuro. En efecto, aquí hacen 10 grados bajo cero, y está nevando, más de lo que nunca había visto (Teniendo en cuenta que el menda nació en Almería, un copo ya es demasiada nieve). Ahora, estamos en el sótano de Helsinki-Vantaa, frente a las consignas de equipaje y esperando hasta las 6 de la mañana, hora a la que saldremos a la busca del autobús línea 61 del servicio de transportes metropolitanos.

Cristina está a punto de quedarse durmiendo, y yo me estoy quedando sin batería. Así que dejaré de escribir y mañana seguiré en el tren.

O mejor aún, dejo que Cristina duerma no muy plácidamente en unas banquetas a la entrada de la Terminal 2 del aeropuerto mientras yo me paso la madrugada en vela. He salido ya a la calle en ocasiones para ir haciéndome a la idea del frío de verdad, y a pesar de tener una lata de Red Bull en la maleta, he preferido comprar un par de manzanas en el supermercado del aeródromo. Por cierto, a pesar de ser francesas, estaban bastante buenas y creo que no eran demasiado caras: 1,75€/kg. Es cierto que las cosas aquí son más caras que en España, pero no demasiado. La dependienta se negó a hablarme en inglés, así que de su boca sólo pude inteligir un escueto kiitos, que significa gracias en finés. Mejor, así aprendo antes su idioma.

Para aguantar el aburrimiento, me he recorrido el aeropuerto de un extremo al otro, sé dónde tengo que coger el autobús de la línea 61 para ir a la estación (Andén 22), y cuánto me costará (2,70€).

Así que pasé el tiempo hasta que llegó el momento de irse, y ahora estamos en un tren con dirección a Parikkala. El revisor acaba de picar los billetes y nuestras enormes maletas estorban en el pasillo. El problema de este último tramo que hemos recorrido es que la estación de Tikkurila no tiene sala de espera o algo, están los andenes directamente en la calle, así que hemos tenido que aguantar mecha tres cuartos de hora a unos cuantos bajo cero. Pero y lo bien que nos lo hemos pasado con la nieve... Arrastrando las maletas por ella,

Dado que todavía es de noche, apenas se ve nada por la ventanilla, y tengo en mis manos el único entretenimiento disponible. Sólo distinguimos una carretera paralela a la vía de tren. dentro de unas dos horas y media nos harán bajar de este tren para subir en otro, y esto ya lo sabéis.

Por ahora, todos nuestros transportes han tenido redes inalámbricas disponibles, y si bien todas ellas han tenido un funcionamiento tirando a erróneo, la red de la que disfruto actualmente tiene la irrisoria velocidad de descarga de 26 kBps. Es como viajar 10 años al pasado al subirse al tren.

Al final opté por dormir un poquito... que ya quedaba poco para llegar. Y llegamos y ya estamos asentados. Vaya susto nos pegó Elina al momento de bajarnos de ese mortecino autobús, ya que no la vimos hasta pasados unos minutos; sencillamente, estaba en la otra acera. Ya cada uno tiene su habitación ocupada, y ya estamos deshaciendo equipajes y poniendo las cosas en su sitio. Yo tengo dos camas, que he pegado para tener sólo una, pero muy grande.

Y con esto doy la entrada por acabada, pero pondré algunas fotos de relleno.

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